08 Jan
08Jan

Hace poco una amiga me decía con voz apagada:

-Lo que me duele no es la muerte de mi padre. Sé que estaba muy enfermo y que era irremediable. Lo que me duele es no haber aprovechado más su presencia, no haber compartido más con él.-

Quizás tu experiencia no es tan dolorosa, pero puede ser que sientas que no estás aprovechando la Vida como deberías.

La buena noticia es que en este artículo te brindo un consejo que, si lo pones en práctica, aprovecharás mejor la vida y tu quehacer te proporcionará mayor bienestar.

Voy a comenzar con el relato de esta historia.

Un profesor fue invitado a dar una conferencia en una base militar, y en el aeropuerto lo recibió un soldado llamado Ralph.

Mientras se encaminaban a recoger el equipaje, Ralph se separó del visitante en dos ocasiones: primero para ayudar a una anciana con su maleta y luego para orientar a una persona que estaba perdida. Cada vez regresaba con una sonrisa en el rostro.

¿Dónde aprendió a comportarse así? le preguntó el profesor.

-En la guerra- contestó Ralph.

Entonces le contó su experiencia. Allá su misión había sido limpiar campos minados. Durante ese tiempo había visto cómo varios amigos suyos, uno tras otro, encontraban una muerte prematura. -Me acostumbré a vivir paso a paso– le explicó Ralph al profesor -Nunca sabía si el siguiente iba a ser el último; por eso tenía que sacar el mayor provecho posible del momento que transcurría entre alzar un pie y volver a apoyarlo en el suelo. Me parecía que cada paso era toda una vida.

Esta historia encierra una gran enseñanza:

Nadie puede saber lo que habrá de suceder mañana. La vida se debería vivir de momento en momento, como si cada momento fuera lo único que existiera porque en realidad, puede ser el último.

Nadie tiene la certeza de que sus planes se realizarán en el tiempo en que lo tiene previsto. Lamentablemente nos olvidamos con gran facilidad de esta gran verdad y desaprovechamos el gran regalo que nos da la vida de vivirla instante a instante.

Es más, somos tan insensatos que hasta postergamos lo que más atesoramos: la felicidad. Nos parece que seremos felices en otro momento y no ahora.

¿Por qué nos sucede esto?

Porque en vez de utilizar a la mente, es la mente la que nos utiliza.

Te lo explico:La mente para funcionar tiene que crear dos tiempos psicológicos: el pasado y el futuro. Ella se mueve entre estas dos dimensiones. La mente nunca puede estar en el presente.

¿Por qué?

Porque en el presente no puedes pensar.

Pero, ¿Qué sucede en realidad?

Que casi siempre estamos acompañando a la mente al pasado o al futuro. Nos engañamos creyendo que estos tiempos que fabrica la mente son más importantes que el presente.

Fíjate con qué facilidad viajas imaginariamente con la mente a lo que pasó o a lo que puede pasar y comienzas a producir una retahíla de pensamientos en los que te adormeces hasta que te das cuenta de que te has ido del ahora, de que te has distanciado de lo que realmente está ocurriendo.

Te pregunto: ¿Has podido leer hasta aquí esta información sin que tu mente haya divagado?

Detrás de todo esto hay una gran verdad escondida que solo asimilamos cuando ya no hay remedio y es que: al final, no importará lo que hayas acumulado en materia de bienes, ni lo lejos que hayas podido llegar en materia de éxito social, en realidad lo único que importará es cuánto disfrutaste cada momento de tu vida.

¿De veras lo estás haciendo?

Me gustaría conocer qué opinas al respecto.

A veces, cuando contemplo el cuadro que está viviendo la mayoría de las personas entretenidas en sus pensamientos, complicándose la vida en preocupaciones y en buscar problemas me pregunto:

¿CUÁNDO APRENDEREMOS?

Se dice que una vez entrevistaron a John Lennon y una de las preguntas fue: ¿Qué es para ti la Vida?

Él respondió:

“LA VIDA ES ESO QUE TE ESTÁ PASANDO MIENTRAS ESTÁS PENSANDO EN OTRA COSA”.

Por eso, mi consejo es; deja un poco el tanto pensar y:

  • No aplaces la dicha,
  • No aplaces el pedir perdón,
  • No aplaces el abrazar,
  • No aplaces el decir “te quiero”,
  • No seas tacaño con lo que te apasiona,
  • No postergues el entregarte plenamente a lo que estás haciendo.
  • No continúes con esa división de tener tu cuerpo aquí y tu mente en otra parte.

Vive como Ralph: Cada paso es toda una vida.

MUCHAS GRACIAS.

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