Tus oídos pueden obstruirse cuando se acumula demasiada cera (cerumen) en su interior. Si bien es una parte importante del sistema natural de defensa del cuerpo para no dejar entrar tierra, bacterias y otras cosas por los oídos, demasiado cerumen puede disminuir tu capacidad auditiva.
Primero que todo, asegúrate de que no tienes una infección de oído o un tímpano perforado. Limpiar tus oídos en estas circunstancias puede ser muy peligroso, por lo que no debes usar ningún método si sospechas que hay un problema. Los síntomas de una infección de oído incluyen:
Si tienes alguno de estos síntomas, programa una cita con tu médico de inmediato.
El cerumen es una sustancia que producen las glándulas dentro del oído y que tiene varias funciones:
La mayor parte del tiempo, nuestros canales auditivos se limpian a sí mismos.
A medida de que hablamos, masticamos y movemos nuestras mandíbulas, la cera y las células de la piel se mueven lentamente desde el tímpano hasta el orificio del oído, donde usualmente se secan y caen.
El cerumen usualmente no causa problemas, pero si se produce en exceso puede causar un bloqueo que puede causar dolor o causar la pérdida de la audición.
Existe una gran cantidad de productos a la venta que prometen limpiar tus oídos o eliminar la cera de los oídos, pero ¿cuál ayuda realmente?
Los problemas con frecuencia surgen cuando intentamos limpiar nuestros oídos con el dedo o, incluso peor, con un bastoncillo de algodón. Pese a que muchas personas los usan con ese fin, las empresas que los fabrican recomiendan no utilizarlos en el canal auditivo.
La próxima vez que estés tentado a usar uno de sus utensilios, que a primera vista parecen inocuos, échale un vistazo a la etiqueta del paquete, probablemente encontrarás una advertencia que dice que los bastoncillos de algodón "no deberían ser insertados en el canal del oído".
Los franceses que quieran seguir utilizando bastoncillos para los oídos tendrán que hacer algún tipo de contrabando para conseguirlos. Su venta estará prohibida por ley a partir de 2020 (al menos, los que estén hechos de plástico). Y en el Reino Unido hay una campaña en marcha para conseguirlo. Al igual que ocurre con las toallitas húmedas, estos bastoncillos suponen un notable problema ambiental. Van a parar al mar tras ser tirados por el inodoro (ya que en la depuradora flotan), y eso dificulta su eliminación, junto al resto de residuos que se sedimentan en el fondo.
Si la polución marina no es motivo suficiente para dejar de comprarlos, la Universidad de Harvard (EE UU) acaba de publicar un artículo con tres razones por las cuales se debe evitar su uso en los oídos (basándose en un informe de la Academia Americana de Otorrinolaringología):
Aunque suelen asociarse con los oídos, estos bastoncillos de algodón fueron diseñados para cumplir otras funciones, entre las que se incluye la cura de heridas pequeñas. Utilizarlos para tratar de frenar la aparición o acumulación de cera es un error, ya que esta parte del cuerpo, en concreto, no requiere ningún tipo de mantenimiento, según informa la Organización Mundial de la Salud (OMS). Es un órgano que se limpia por sí solo.
Su mal uso provoca daños en el canal auditivo. De hecho, algunos envases así lo advierten. Si empuja y acumula el cerumen en su interior, puede sufrir infecciones dolorosas.
La lista de funciones del cerumen no es corta. Además de ser un hidratante natural que evita que se reseque la piel en el interior del oído, también frena la acumulación de polvo en el canal auditivo, previene infecciones y absorbe células muertas. Y si padece una acumulación excesiva de cera (ceruminosis), déjese de bastoncillos y acuda a un profesional.