14 Apr
14Apr


La existencia es lo que existe y Dios es lo que no existe. La existencia es una realidad y Dios es una ficción. La existencia solo está al alcance de los meditadores, de la gente silenciosa; Dios es un consuelo para mentes trastornadas, para patologías mentales.

¿Qué es eso que llamas «existencia»? ¿Es parecido a lo que la gente llama Dios?

La existencia no es una creación tuya, Dios sí lo es. Por eso solo hay una existencia y miles de dioses. Cada uno crea su dios o acepta una antigua creencia en Dios según sus propias necesidades, sufrimiento o expectativas.

Dios es un gran consuelo, pero no un remedio. La existencia no es un consuelo. Estar en armonía con la existencia implica estar sano y ser íntegro. Todas las religiones del mundo han estado impartiéndote enseñanzas de Dios; yo te transmito enseñanzas de la existencia. Te enseño a estar en armonía con lo que te rodea, lo que está dentro y lo que está fuera de ti. Cuando alcanzas esa armonía con el todo, la muerte deja de existir, el dolor y las tensiones desaparecen, ya no hay preocupaciones, te encuentras rodeado de una inmensa paz y de una felicidad que jamás habrías podido imaginar.

Dios es para aquellos que no pueden elevar su conciencia, para los retrasados en cuanto a la conciencia se refiere. Es como un juguete: los retrasados lo necesitan. Y cuando digo que es un juguete dejo a tu elección su forma. Puede parecer un mono o un elefante, tú decides si quieres que tenga cuatro o mil manos. Es una creación, tuya, Curiosamente el hombre cree que Dios lo creó todo. Pero la verdad es que Dios también ha sido creado por la imaginación del hombre. Dios es la mayor mentira que se ha dicho jamás porque hay miles de mentiras más que dependen de esa mentira. Las iglesias y las organizaciones religiosas van incrementado las mentiras para poder salvaguardar esta mentira.

Tienes que entender la mecánica de la mentira. Cuando mientes, lo primero que hay que tener es buena memoria, si cuentas dos mentiras diferentes a dos personas, después tendrás que acordarte de lo que has dicho a cada una de ellas.

No es necesario recordar la verdad. La verdad siempre está ahí, no cambia. No hay que almacenarla en la memoria. La memoria te crea ataduras, es una cárcel; se queda dando vueltas en torno tuyo y te va recubriendo de tal forma que, finalmente, desapareces por completo. La verdad implica eliminar ese manto de mentiras. Y entonces se produce una revelación y te das cuenta de que formas parte de la inmensa verdad que llamo existencia.

No necesitas iglesias, no necesitas templos ni mezquitas. Lo único que necesitas es un corazón que rece, que ame, un corazón agradecido; ese es tu verdadero templo. Eso es lo que transformará tu vida. Y no solo te ayudará a descubrirte a ti mismo, sino también a descubrir las profundidades de esta inmensa existencia.

Es como si todos fuésemos olas del mar: estamos en la superficie, pero el mar tiene mucha profundidad El océano Pacífico tiene kilómetros de profundidad, y una pequeña ola de la superficie nunca sabrá que tiene tanta profundidad, aunque sea su propia profundidad porque no está separada del océano, Se quedará aferrada a su pequeña entidad, tendrá miedo a morir, tendrá miedo a perderse en esa inmensidad, en el océano infinito. Pero la verdad es que la muerte de la ola no es una muerte, solo es el principio de una vida eterna.

Dios es una invención. La gente lo necesitaba, necesitaba un defensor. En la inmensidad del Universo el hombre se siente muy solo, muy pequeño esa bastedad hace que el ser humano se estremezca de temor. (Y lo más triste es que tengan que pagar para que les mientan).

Osho

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