Todos nosotros hemos forjado en nuestro subconsciente un sistema de creencias centrales o básicas que controlan todas nuestras acciones y reacciones.
La correlación que hacemos de nuestras experiencias, desde nuestro subconsciente, garantiza casi que un mismo resultado a todo, bueno o malo, gracias a nuestras creencias centrales impuestas.
Todos vivimos nuestras vidas dentro de patrones repetidos de pensamientos, acciones y resultados. El fundamento de una vida tan cíclica está profundamente arraigado en nuestra mente subconsciente.
¿Cuántas veces has intentado romper un hábito y has tenido que buscar toneladas de consejos para hacer esos cambios en tu vida? Te has dado cuenta de que no es sencillo, pero seguramente con constancia ¡si lo podrás lograr!
“Puedes descubrir quién eres en realidad. Puedes soltar tus pretensiones y máscaras y descubrir quién es la persona real que hay debajo”. – Beverly Engel.
No importa el camino que hayas elegido, siempre te has encontrado prisionero de tus hábitos. Usaste el humor como mecanismo de defensa para lidiar con el dolor de no poder cambiar tu vida o hacer cosas que te encantaría verte a ti mismo haciendo.
Todos hemos estado allí y el miedo de vivir una vida insatisfecha a manos de nuestros hábitos subconscientes es demasiado real. Esta emoción también puede ser identificada como la sensación de “estar atascado”.
Las creencias pre-formadas son las ideas encarnadas por la mente durante nuestra infancia. La cultura en la que nos criamos juega un papel inmenso en la formación de nuestras creencias fundamentales sobre nosotros mismos y sobre el mundo tal como lo conocemos.
Según el Centro de Intervenciones Clínicas, “las creencias básicas son la esencia de cómo nos vemos a nosotros mismos, al mundo y al futuro”.
Uno de los patrones comunes que observamos en nuestras vidas es que el miedo/inseguridad se encuentra en el corazón de casi cualquier cambio.
Por ejemplo, quiero salir a correr todos los días porque no quiero parecer incapaz o quiero ganar dinero porque no quiero ser abandonado por la sociedad y así sucesivamente.
Se vuelve increíblemente difícil, entonces, dar tu energía pura a tus deseos porque la creencia operativa que es el miedo consume mucho de tu poder mental. Incluso puedes entender que la ansiedad y el nerviosismo que sientes en tu vida diaria se desencadena por este miedo fundamental de tu mente subconsciente.
El miedo es un desencadenante (no quiero parecer incapaz), correr es una acción (huir del miedo), y la recompensa es la idea de que porque corres no engordarás (muchas personas se quejan sin importar cuánto ejercicio hagan, todavía no pueden alcanzar el nivel deseado de forma física).
En este caso, el miedo es una creencia central limitante que está creando una seria cantidad de conflictos dentro de nuestro sistema psicológico y fisiológico.
De acuerdo con la investigación titulada “La Bioquímica de la Creencia”, nuestras creencias en realidad tienen el poder de traer cambios fisiológicos a nuestro cuerpo. No importa cuánto ejercite o controle su dieta, su creencia central, que es el miedo, realmente no permite que su cuerpo se ponga en forma.
Hay muchas otras creencias básicas que gobiernan la vida de muchas personas, como la inseguridad, la indignidad, la impotencia, la desesperanza, la vergüenza, el sentimiento de insatisfacción y el de no ser amado.
La identificación de tu creencia central es esencial para entender el curso de tu vida y los patrones en los que estás atrapado. Una vez que identifiques tus creencias centrales, te sorprenderás al ver cómo ha estado gobernando casi todas las áreas de tu vida sin que seas consciente de ello.
Dicho esto, no todas las creencias básicas son negativas por naturaleza, sin embargo, la sociedad en la que vivimos hace imposible cultivar nuestras creencias básicas positivas. Por lo tanto, se hace necesario hacer la introspección y trabajar en tus creencias centrales para el bienestar de tu mente, cuerpo y alma.
A medida que te recuperes, te encontrarás dejando ir muchas de tus creencias negativas. Descubrirás que muchas de las así llamadas verdades con las que fuiste criado y forzado a creer, no son verdades en absoluto.
Con esta perspectiva llegarás a ver, por ejemplo, que los nombres que te pusieron cuando eras niño simplemente no son ciertos. No eres ‘estúpido’, ‘perezoso’, ‘feo’ o ‘mentiroso’.
No te niegues a ti mismo la belleza de hacer un trabajo interior.
“Una creencia no es simplemente una idea que la mente posee. Es una idea que posee la mente.” – Robert Oxton Bolton.
Después de años de procesos de falta de cultura, es realmente difícil cambiar tus creencias centrales, y mucho menos identificarlas. Puede tomar mucho tiempo, pero no te sientas desanimado por tales pensamientos, porque nuestra comprensión del tiempo es también una creencia limitante que nos presenta la sociedad.
No hay prisa, no tienes una fecha límite para la transformación interior. Afortunadamente, no es un proceso lineal. El proceso de sumergirte más profundamente en tus creencias centrales, requiere que hagas un trabajo interior en la forma de observación e introspección.
Tú puedes comparar el proceso de descubrir tus creencias básicas con el proceso de deshojar una cebolla… Si las lágrimas están involucradas en el proceso, estás en el camino correcto.
Mira tu vida y todo lo que sucede en ella como si fuera un espejo de tus creencias centrales, y tu verdad se desplegará ante ti en simultaneidad. El proceso de auto-conciencia comienza cuando empiezas a identificar activamente las creencias limitantes que tienes sobre ti mismo.
Una cosa muy común que puede suceder es que te sientas desanimado al ver el daño hecho a tu ser hasta ahora, por tus creencias centrales limitantes. Es posible que sientas un sentimiento de rabia hacia tu pasado y hacia la sociedad en general. Es normal. Solo debes dejar fluir para que el dolor vaya transformándose en sabiduría.
Sin embargo, al final lo que importa es que fuiste capaz de darte a ti mismo la verdad que mereces saber sobre tus creencias. Esto saca una piedra enorme de tu pecho y te da una sensación de libertad que es muy edificante en la naturaleza.
Estar de acuerdo con tus creencias centrales es un proceso extremadamente especial, uno que es parte integral del proceso de despertar.
Una vez que despiertas a la realidad de tus creencias centrales, uno puede enriquecer la mente con creencias fundamentales como el amor, la compasión, la bondad, la abundancia, la paz, la inspiración, el optimismo y la integridad.
Renacer a la vida