18 Jan
18Jan

Te mostramos las diferencias entre mente y ego, para poder así saber qué es lo que nos perjudica y lo que puede beneficiarnos .

Podemos meternos en tremendo lío si tratamos de explicar estos conceptos en toda su dimensión, pero si me permitiera explicarlo en los términos más simples posibles, diría que la mente es una herramienta con la que contamos en este plano para lograr conectarnos con lo divino, mientras que el ego es un conjunto de pensamientos e ideas que agrupadas nos hacen definir, erróneamente, lo que somos y seremos.

Así que mientras la mente es un don, el ego es un residuo de ésta. Como todo residuo, es algo a ignorar, a eliminar.

Me he visto en muchas ocasiones usando estas palabras de modo indiferente, y es algo esperable en general porque cuando estamos buscando la paz interior nuestro principal objetivo es “serenar la mente”. La búsqueda del estado de no-mente nos lleva entonces a tratarla como un enemigo.

Claramente no podemos vivir sin ideas del pasado y planes para el futuro. Necesitamos en la vida saber nuestras bases existenciales y a su vez poder planificar actividades y objetivos. Después de todo, una meta es algo que nos mueve a mejorar, que nos motiva.

Pretender no usar la mente a fin de avanzar en nuestro camino espiritual es como cortarte la lengua para hacer correcto uso de la palabra, no tiene sentido…

Entonces, ¿Dónde queda eso de no-mente? Me gusta mucho la forma en que lo explica una de mis autores favoritos, Eckhart Tolle:

La mente es un instrumento soberbio si se usa correctamente. Sin embargo, si se usa de forma inapropiada, se vuelve muy destructiva. Para decirlo con más precisión, no se trata tanto de que usas la mente equivocadamente: por lo general no la usas en absoluto, sino que ella te usa a ti. Ésa es la enfermedad. Crees que tú eres tu mente. Ese es el engaño. El instrumento se ha apoderado de ti.

Vayamos al meollo de la cuestión entonces. ¿Es bueno escuchar la mente? Si, claro. Puedes ir al pasado cuando necesites recordar algo para el momento actual, o puedes proyectarte en el futuro para saber las acciones que llevarás a cabo para, por ejemplo, para pagar tus cuentas.

Que el presente sea tu base de operaciones, y el pasado y los planes del futuro sean una simple estantería donde buscar algo que necesites para el ahora.

Incluso reflexiona lo siguiente: los pensamientos positivos nos ayudan a generar imágenes mentales que elevan y purifican nuestra vibración. Estaremos así creando efecto que traerá la causa, estamos atrayendo lo positivo.

Yo te lo digo, es más sencillo crear el efecto porque el efecto depende totalmente de ti; puede que la causa no dependa tanto de ti. […] Elige la felicidad… eso significa que estás eligiendo el efecto… y después observa qué sucede. Elige el éxtasis y observa qué sucede. Elige ser dichoso y observa qué sucede. Tu vida entera cambiará inmediatamente y verás milagros sucediendo a tu alrededor… porque ahora has creado el efecto y las causas tendrán que seguirle. Esto parecerá mágico; incluso puedes llamarlo: La Ley de la Magia.

Osho

Tu mente es omnipotente. Es capaz de conseguir cuanto se proponga. Las cosas ocurren tal como tú las imaginas dentro de tu mente. Cualquier cosa en la que pienses intensamente terminará materializándose y llevándose a efecto.

Swami Sivananda

Pero desafortunadamente nuestro verdadero ser no es quien dirige la mente, es nuestro ego, que necesita de pasado y futuro, de psicosis y ansiedad, para continuar viviendo.

El ego es justo lo contrario de tu verdadero ser. El ego no eres tú, sino el engaño creado por la sociedad para que te entretengas con esa baratija y no te plantees preguntas sobre lo verdadero. Por eso insisto tanto en que, a menos que te liberes del ego, jamás llegarás a conocerte.

Osho

Cuando vives a través del ego, siempre reduces el momento presente a un medio para un fin. Vives para el futuro, y cuando consigues tus objetivos, no te satisfacen, o al menos no por mucho tiempo.

Eckhart Tolle

Lo que surja desde el ego jamás podrá hacerte feliz. Si visualizas desde esa base solo generarás ansiedad por conseguir rápidamente lo que quieres, y todo el camino que te conduzca hacia el objetivo en fin será tortuoso.

Incluso si consigues lo que el ego pedía, no serás feliz, porque nada le alcanza. Tendrás más dinero, un mejor auto, o casa, o título, pero la felicidad estará siempre lejana, puesta en otro objetivo, mientras vives la tristeza de los recuerdos del pasado o el deseo que aún no se cumple.

En cambio, si usas tu mente desde el momento actual, en plena conexión con tu cuerpo y sentimientos, lograrás abrir un puente hacia algo divino. Estarás usando este magnífico don con el que cuentas.

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