28 Aug
28Aug

En este artículo voy a contarles una teoría interesantísima sobre los distintos grados de evolución que puede atravesar un ser humano.

La batalla interior hacia la destrucción del egocentrismo, la integridad, la honestidad, la empatía hacia los demás, el compromiso social y moral, la auto-reflexión, etc… es posible ganarla, pero solo con gran esfuerzo y determinación, como todo en la vida.

Nadie nace y se queda en un nivel evolutivo, todas las personas tenemos la capacidad de evolucionar y convertirnos en una mejor versión de nosotros mismos. Así lo analizo Dabrowski, el visionario.

Dabrowski fue un psiquiatra polaco que trabajó durante mucho tiempo con personas con altas capacidades o superdotados. Aunque normalmente los mecanismos para detectar personas muy inteligentes se basan en test de CI (Coeficiente Intelectual), Dabrowki observó las cualidades de este tipo de personas desde otra perspectiva mucho más humana y compleja, teniendo en cuenta, sobre todo, sus habilidades psico-emocionales.

Al observar que las personas más creativas y sensibles tenían mayor capacidad de empatía y auto-reflexión, desarrolló una teoría llamada “Teoría de la Desintegración Positiva” (no te asustes por el nombre, es muy interesante) que veremos a continuación, donde clasifica a la población general en distintos niveles de evolución y por lo tanto, distinta capacidad para hacer el bien.

En realidad, esta teoría sirve y se aplica a todo el mundo independientemente de su nivel de inteligencia. Más abajo te dejaremos un enlace para que conozcas más profundamente esta teoría si eres una persona con un nivel de inteligencia alto (y por lo tanto, de sufrimiento),porque en esta teoría hallarás muchas respuestas a tu vida.

Aquí voy a abordarla de un modo superficial porque me parece muy interesante que se conozca, aunque sea de un modo general (hoy en EEUU ha alcanzado gran popularidad) para que observes si te identificas o no en los diferentes niveles de evolución.

Estos niveles de evolución hacen referencia al grado de empatía, sensibilidad, responsabilidad moral, auto-reflexión y autonomía de pensamiento que se da en el comportamiento humano dentro de la población general.

El Primer Grado de Evolución: Personas Egocéntricas

En este primer nivel predomina el egocentrismo total. Las personas que se encuentran en este nivel primario de evolución tienden a perseguir el dinero, el poder y la autosatisfacción a cualquier precio. Son personas sin código moral y no les importa perseguir sus fines egocéntricos incluso a costa de generar dolor y destrucción a otras personas.

Otra de las características que definen a la gente en este nivel es su incapacidad de responsabilidad y reflexión. La culpa de todo siempre la tienen los demás y nunca se cuestionan a sí mismos o su conducta.

En este nivel se encontrarían, por ejemplo, los traficantes de armas, los políticos corruptos, personas con gran poder que no dudan en generar pobreza, destrucción o dolor a otras personas siempre y cuando ello les reporte auto-satisfacción.

El Segundo Grado de Evolución: La Mayor Parte de la Población

En este segundo nivel se halla la mayor parte de las personas en la sociedad. El principal motor de una persona en este nivel sigue siendo el egocentrismo y la autosatisfacción, pero empiezan a existir ciertos conflictos.

Son personas que dudan y no tienen un sistema claro y propio de valores. En este nivel de evolución, una persona se deja llevar por las normas sociales y los valores convencionales pero no por propia convicción, sino porque es la única forma de encajar en al sociedad y ser aceptado.

Es decir, en este nivel, mantengo ciertas normas morales, me comporto “correctamente” cuando es necesario, pero lo hago para que me quieran, es decir, para que no me rechacen porque sé que si hago ciertas cosas, no encajaré en la sociedad. Por lo tanto, el motor sigue siendo egocéntrico.

Este tipo de personas muestran comportamientos duales (a veces se comportan con moralidad y a veces no) porque no tienen claro un sistema de valores propio ni decisivo.

El Tercer Nivel: La Desintegración

Una persona en este tercer nivel ha experimentado un salto cualitativo muy importante. Mientras que una persona en el anterior nivel se conforma con los valores familiares, religiosos y sociales, una persona en este nivel desarrolla un completo código ético y moral mucho más comprometido.

En este nivel una persona no se mueve entre conductas horizontales del mismo nivel dependiendo de las circunstancias (para encajar en la sociedad) sino que se mueve de forma vertical, es decir, quiere convertirse en alguien mejor (ascender hacia una mejor versión de sí mismo). Una persona en este nivel se auto-cuestiona constantemente y reflexiona porque ve la diferencia entre lo que es y lo que podría ser (también observa las diferencias entre lo que la sociedad es y lo que podría ser).

En este punto, a esa persona no le queda otra que “desintegrarse” de la sociedad porque comprende que muchas cosas en la sociedad no están bien, porque observa la hipocresía, la vanidad, el egocentrismo que subyace bajo la falsa apariencia de moralidad.

Este nivel de conciencia conlleva un gran sufrimiento, depresiones, ansiedad, etc porque el individuo no comprende porqué nadie dice la verdad, qué sentido tiene la vida, la muerte, la existencia, etc.

En este nivel, las personas desarrollan un gran compromiso moral por sí mismo, un código ético propio, incluso aunque comportarse así signifique la total falta de aceptación social, cariño, comprensión, etc. Aquí desaparece el egocentrismo, pues las personas se comprometen a “hacer lo correcto” aunque ello conlleve sufrir. Este gran sufrimiento viene dado por el hecho de no haber encontrado todavía las respuestas que siente en el alma.

Otra característica de este nivel es la autonomía. En los anteriores niveles, la genética y el entorno social gobiernan las acciones, pero en este nivel, es el propio individuo quien gobierna su actitud. Dabrowski consideraba que la autonomía es esencial para alcanzar los niveles más altos de integridad y autenticidad.

Cuarto Nivel: Encontrar las Respuestas

En este cuarto nivel desaparece el sufrimiento (al menos el sufrimiento intenso) porque la persona encuentra el camino para salvar las diferencias entre quien es y quien quiere ser. Es decir, ha encontrado la vía para convertirse en un ideal de sí mismo. Encuentra la manera de estar en la sociedad de forma ejemplar, liderando, mostrando el camino a otras personas.

El individuo se ha esforzado por autodominarse y ha conseguido vencer esta batalla interior contra el dolor y la duda, la desesperación y el quebranto.

En esta fase la persona ha encontrado las respuestas que buscaba y consigue ser eficiente en la sociedad a través de la responsabilidad moral, la auto-reflexión, la autenticidad, la autonomía y la empatía hacia otras personas.

Quinto Nivel: Consagrarse a los demás

A este quinto nivel solo unas pocas personas han accedido a lo largo de la historia. Los individuos en este nivel han ganado la batalla contra sus propias imperfecciones y han recorrido ese camino vislumbrado en el cuarto nivel para convertirse por completo en su propio ideal.

En este último nivel la persona consagra su vida al servicio de los demás, elimina por completo el ego y vive con los más altos principios universales.

Ejemplos de personas que ha alcanzado este nivel serían Jesucristo, Buda, etc.

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