01 Sep
01Sep

El príncipe es un guía escrita en el siglo XVI sobre cómo ser el líder autocrático de un país. Explica el por qué los fines como la gloria y el poder siempre justifican todo tipo de acciones, incluso brutales. Gracias a este libro, la palabra “Maquiavélico” se volvió sinónimo de aplicar el engaño y la astucia para ventaja propia. (Primera de 4 entregas)

¿Quién debería leer este libro?

– Cualquiera que quiera entender cómo piensan los líderes autocráticos

– Quien esté interesado en filosofía e historia política

– Quien quiera saber cómo es el liderazgo verdaderamente frío y amoral.

¿Quién es Nicolás Maquiavelo?

Fue un escritor y político renacentista que vivió en Florencia a comienzos del siglo XVI. Cuando la influyente familia de los Médicis recobraron el control de la ciudad, Maquiavelo perdió su empleo y ‘El Príncipe’ fue un obsequio para la nueva administración, con miras a recuperar su puesto.

Aprende el por qué la traición y la crueldad pueden ser tan útiles como la integridad y la compasión

¿Alguna vez te has preguntado cómo algunos líderes autocráticos logran mantenerse en el poder a pesar de abusos de derechos humanos y violaciones de leyes internacionales? Maquiavelo diría que la respuesta reside en su habilidad para entender y participar en el juego del poder político.

En este resumen descubrirás los argumentos de Maquiavelo sobre lo que necesita un déspota para alcanzar el poder y lograr mantener ese puesto. En sus palabras descubrirás que el fin justifica los medios y que hasta la crueldad, la guerra y la traición son aceptables si te ayudan a mantener el poder.

Políticos desde Benjamín Franklin hasta Napoleón han sido influenciados por el pensamiento político de Maquiavelo; quizá después de leer este resumen descubrirás que  varios políticos contemporáneos también comparten sus recomendaciones y estrategias.

Temas interesantes de este resumen:

– Por qué Alejandro Magno habría tenido problema controlando Francia, de haberla capturado,

– Por que la famosa crueldad de Aníbal hizo de él un gran comandante, y

– Por qué es mejor tener verdaderos amigos y enemigos a tu alrededor (y no medias tintas)

El Príncipe

1. Para mantener su recién adquirido principado, un príncipe debe hacer que sus súbditos se sientan valorados mientras se defienden de sus oponentes.

Imagínate que eres un príncipe del renacimiento que acaba de conquistar un nuevo territorio. La población de este nuevo principado probablemente no te quiere como su gobernante y te ve como un invasor y un extranjero. ¿Cómo logras mantenerlos bajo control?

La primera regla para un príncipe es que siempre debes tratar de mudarte al principado. La proximidad de su nuevo gobernante hará que los nuevos súbditos se sientan apreciados, mientras que disuadirá a eventuales adversarios que intenten recuperar el área.

Si no te es posible estar físicamente, la segunda mejor opción es enviar una colonia de tus propios súbditos de confianza para que vivan en el principado. De esta manera, tus nuevos súbditos comenzarán a acostumbrarse a las tradiciones y costumbres de tu gente y progresivamente se adaptarán a ellas.

Una segunda regla es que siempre debes tomar medidas para protegerte de quienes quieren arrancarte el poder. Para lograrlo, defiende a los líderes más débiles y cercanos a tu principado. Si los proteges de enemigos más poderosos, se unirán a tu gobierno gustosos y la alianza de tales estados será lo suficientemente fuerte como para advertir a quienes intenten destronarte que no será tarea fácil.

La tercera regla es estar constantemente alerta hacia amenazas futuras; mantenerte vigilante y actuar preventivamente. Así como las enfermedades son más fáciles de tratar en sus comienzos, también es más fácil detener el avance de un rival al inicio de su ataque, como por ejemplo después de su primer movimiento.

Los antiguos Romanos usaron esta táctica cuando ocuparon Grecia. No permitieron que ninguno de los líderes locales se volviese más fuerte que los otros, no importa cuán leal fuese hacia los Romanos.

La importancia de estas reglas puede verse en la experiencia de Luis XII de Francia quien invadió el norte de Italia. Luego de conquistar exitosamente la tierra, rápidamente perdió el control de la misma porque violó todas estas reglas.

No repitas su error.

“Cualquiera que propicie el poder de otro, atraerá la ruina para sí mismo”

2. Los principados pueden ser o bien fáciles de conquistar pero difíciles de gobernar, o difíciles de conquistar pero fáciles de gobernar.

Cuando Alejandro el Grande murió en el 323 AC luego de conquistar el Reino Persa, todos pensaron que sin su autoridad los Macedonios perderían rápidamente el control sobre los Persas. Aun así, lograron mantener el poder por muchos años. ¿Cómo lo lograron?

Antes de contestar esta pregunta, es importante entender que existen diferentes tipos de principados:

Primero, algunos tienen un sistema de gobierno del tipo gobernante-barón. Francia es un buen ejemplo; el Rey de Francia es quien manda en el país, pero lo hace a través de muchos nobles llamados barones quienes actúan independientemente. Este sistema es tremendamente inestable y puede llevar a fracturar el principado; es muy común que los barones confabulen y terminen derrocando al Rey.

En este sentido, Francia era muy fácil de conquistar: solo tenías que convencer a unos cuantos barones de tus planes y el reino se desmoronaría rápidamente. El problema es que al llegar al poder, tendrías el mismo problema que el rey anterior.

Pero también existen principados que funcionan bajo un sistema de gobernante-sirviente. Para alcanzar este sistema, un príncipe comenzará su reinado asegurándose que todos aquellos con ambiciones políticas sean eliminados de tal manera que todos los nobles terminen por alinearse con el príncipe y sus planes. Esta dinámica crea un país muy unido que impondrá una sólida resistencia si tratan de conquistarlo.

Cuando Alejandro conquistó Persia, era un principado así. En ese momento, el Rey Darío había abolido todas las instituciones y obligado a todos los líderes de la sociedad a seguirlo lealmente. Esto significó que Alejandro debió luchar ferozmente para hacerse con la región, pero también significó que al morir éste no existían líderes autónomos o regiones independientes para iniciar una rebelión. Por eso, los Macedonios podían continuar su reinado por generaciones después de la muerte de Alejandro.

El tipo de principado que quieras crear, es tu decisión; ambos tienen sus ventajas, así que la selección debe obedecer a las circunstancias que te rodean y a tus propias capacidades.

“En Turquía, una vez que la familia del gobernante ha sido eliminada, no queda nadie a quien temerle”

Parte 2       Parte 3       Parte 4       Original

Comentarios
* No se publicará la dirección de correo electrónico en el sitio web.
ESTE SITIO FUE CONSTRUIDO USANDO