01 Sep
01Sep

Les dejo la última parte de este concreto resumen del libro “El Príncipe” de Nicolás Maquiavelo gracias al trabajo de Alejandra Villamediana.

9. Un príncipe exitoso sabe cuándo usar el engaño y cuándo ocultarlo.

Si uno le preguntara a un príncipe cuál es el animal con el que mejor se identifica, la respuesta más probable sería el león. De hecho, la fuerza bruta del león es una cualidad importante, pero ningún príncipe debe subestimar los beneficios del intrigante zorro.

Una de las formas en las cuales puedes emular al zorro está en las promesas que haces; un príncipe no necesita mantener su palabra todo el tiempo.

Por supuesto, la integridad es una virtud importante para todos los líderes pues las leyes y contratos son la base de instituciones seguras. Pero para ser como el zorro, debes saber cuándo olvidar tus principios y favorecer tus propios intereses.

Por ejemplo, si un líder rebelde te está dando dolores de cabeza, ¿Por qué no invitarlo a conversar sobre un tratado de paz… y entonces ejecutarlo sin mayor alboroto? Esto resolverá el problema limpiamente.

Si tu consciencia comienza a molestarte, recuérdate a ti mismo que los demás tampoco mantendrían su palabra si sus propios intereses dependieran de ello.

Solo asegúrate de que el mundo exterior nunca vea este lado oscuro. Puedes ser traicionero, pero debes dar siempre la impresión de actuar de buena fe y alineado con valores religiosos y humanitarios.

Existe un área, de hecho, en la que debes ser absolutamente fiel a tu palabra: las alianzas de relaciones exteriores. Si ocurre un conflicto entre otros dos principados vecinos, debes escoger un lado rápidamente y mantener tu apoyo incondicional.

Tardar demasiado o parecer indeciso es la peor opción, pues el ganador del conflicto terminará por volverse también en tu contra por no haberlo apoyado claramente en primer lugar.

Tener aliados y enemigos claramente definidos también te ayuda a actuar más rápidamente y te obliga a actuar con decisión. Un buen príncipe siempre es un gran amigo o un verdadero adversario para los otros príncipes; jamás una media tinta.

“El príncipe que depende exclusivamente de las palabras de los hombres, termina en la ruina”.

10. Un príncipe debe ensamblar un grupo de consejeros y saber cuándo y cómo pedirles su opinión.

En la historia han vivido muchos grandes líderes, y todos ellos en algún momento necesitaron asesores pues nadie puede dominar absolutamente todos los campos. Por eso, la forma en la que un príncipe ensambla un grupo de consejeros y recurre a ellos, dice mucho sobre sus habilidades de liderazgo.

La calidad de tus asesores depende de ti; solo tú conoces las áreas en las que flaquean tus conocimientos así que queda de tu parte escoger a los mejores expertos y ministros para apoyarte.

Una vez que los has escogido, necesitas mantener una buena relación con tus ministros para asegurarte de que están alineados con tus intereses. Para mantener una buena relación, debes tener siempre un ojo sobre ellos. Si descubres que alguno está trabajando en pro de sus propios intereses antes que los tuyos, debes execrarlo inmediatamente. Por otra parte, aquellos que te sean leales y útiles deben recibir honores y un salario que sea lo suficientemente generoso como para que no piensen en confabular en tu contra.

También es importante que un príncipe sepa cómo solicitar consejos. Tus asesores deben entender que valoras sus sabias opiniones y no los castigarás en caso de ser brutalmente honestos. Si no están seguros de eso, todo lo que oirás serán inútiles halagos y versiones suavizadas de la realidad con el fin de salir bien parados ellos mismos. Si parece que alguien está renuente a expresarse, debes preocuparte mucho pues claramente estará tratando de esconder algo.

Por otra parte, estar demasiado abierto a las opiniones puede ser contraproducente; si permites que cualquiera se te acerque y comience a hablar libremente, la gente comenzará a cuestionar tus propias decisiones. Es por ello que tú eres quien debe decidir cuándo recibir asesoría, y que tus consejeros no emitan sus opiniones sin que se las hayas pedido.

“La primera cosa que uno hace para evaluar la prudencia de un líder, es ver a la gente que le rodea”

11. Entra en acción – nunca dejes tu destino únicamente en las manos de la fortuna.

En este punto has leído suficientes consejos sobre cómo tener éxito como príncipe, y puedes estar pensando que nada de esto es útil pues el destino de cualquier príncipe yace en las manos de la fortuna o de Dios.

Pero esa creencia es solo parcialmente cierta; tú puedes influenciar lo que pase en el futuro.

Comprende que Dios quiere que tengamos libre albedrío. Él no nos lo habría otorgado a menos que hubiese algo de poder en nuestras decisiones para influenciar nuestro futuro. Debemos asumir que la mitad de ese futuro es parte del destino pero la otra mitad puede ser modelada por nuestras propias acciones.

Y aunque la fortuna juega un papel importante en el éxito de un príncipe, puedes protegerte de su frágil naturaleza. Si has sido exitoso gracias a la buena suerte, debes estar preparado para cuando la marea cambie.

Imagina que tu fortuna es un río que por años ha fluido en calma, haciendo tus campos fértiles y florecientes. Como líder sabio que eres, deberías construir presas como prevención contra posibles inundaciones. De esta manera, si tu fortuna se convierte en una tormenta, solo sufrirás, pero no perecerás.

Por supuesto: no es posible prepararse para todos los giros del destino. Algunos son, simplemente, imposibles de prever.

Así que, en vez de tratar siempre de adivinar el futuro para estar preparado, debes dar un paso adelante y modelarlo tú mismo. La historia ha demostrado que la mejor forma de hacerlo es siendo impetuoso, más que cauteloso. Por ejemplo, considera al Papa Julio II, quien quería iniciar una guerra contra Bolonia. En vez de esperar a que sus aliados aceptaran su plan, decidió marchar directamente a la ciudad. Venecia y Francia fueron sorprendidas e incapaces de objetar la acción, y la campaña fue un éxito.

Maquiavelo afirma que debes pensar sobre la fortuna como una mujer que prefiere a un hombre tempestuoso, antes que uno excesivamente cerebral y cauteloso.

“La fortuna muestra su poder donde no existe una virtud sólida que se le resista”

El mensaje principal de este libro:

Como príncipe, puedes ser piadoso o traicionero, honesto o traicionero, pero debes hacer lo que sea para fortalecer tu principado. No existen tabúes cuando se trata de alcanzar y mantener el poder.

¿Crees que ‘El Príncipe’ sigue vigente hoy? ¿En cuáles áreas crees que es actualmente aplicado, más allá de la política? no dejes de expresarte en los comentarios.

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