06 May
06May

Este libro es maravilloso. Laura Lynne Jackson es una profesora de Literatura y médium norte americana que ha tenido un gran éxito gracias a la publicación de sus dos primeros libros. Se trata de una de las pocas médiums certificadas que hay en Estados Unidos. Esto es, Laura ha demostrado sus habilidades psíquicas siguiendo el riguroso protocolo de pruebas de dos organizaciones diferentes (FFF y Windsbridge Institute). Además, tal y como explica en su primer libro, llegó a someterse a estudios científicos para ver de qué manera funcionaba su cerebro. Los resultados fueron sorprendentes y demostraron que la actividad cerebral de Laura era extraordinaria y se salía de los patrones comunes.

¿Qué encontramos en Señales?

En Señales vamos a encontrar decenas de experiencias de personas que han hecho lecturas con Laura Lynne Jackson, y gracias a ello, han sido capaces de contactar con sus seres queridos, ya fallecidos. Son relatos que emocionan, que te ponen la piel de gallina y te llenan los ojos de lágrimas, pero que también logran que te inunde una cálida sensación de confort y consuelo. Y es que lo que en realidad está tratando de contarnos Laura, es que la muerte no es el final y que «el Otro Lado» está mucho más cerca de lo que nunca habíamos imaginado.

Gracias a este libro he descubierto que la comunicación que tenemos con aquellos que ya se han ido es increíblemente sutil… Y que esas «coincidencias cargadas de significado» que llamamos sincronías y que normalmente desdeñamos como mensajes de nuestros seres queridos fallecidos son en realidad totalmente válidas.

Laura también nos muestra que no necesitamos de un médium para conectar con aquellos que amamos y ya partieron, sino que ¡ellos están tratando todo el rato de enviarnos señales!, y solo debemos pararnos a observar y poner atención. Tal y como explica la autora (con cuya visión coincido plenamente), el mundo es una escuela y cada experiencia vital supone una oportunidad para aprender valiosas lecciones que nos hacen falta. Sin embargo, no estamos solos en el camino. Contamos con un Equipo de Luz en el que se encuentran nuestros guías espirituales y los seres queridos que fallecieron. Este Equipo de Luz trata de guiarnos  y orientarnos a través de señales y símbolos, pero repito: SON SUTILES. No es que se te aparezcan y empiecen a hablar contigo cara a cara. El Otro Lado suele comunicarse mediante sueños reveladores, secuencias numéricas, animales, aparatos eléctricos, luces, etc.

Podemos, incluso, acordar un símbolo concreto para que cada vez que lo veamos tomemos conciencia de que hay alguien especial tratando de decirnos que sigue a nuestro lado. En definitiva, el libro de Señales me ha encantado porque proporciona una visión fresca de la espiritualidad y la vida más allá de la muerte. En sus páginas encontramos la certeza de que todo lo que hay al Otro Lado es AMOR… dejando de lado el miedo irracional a los espíritus y a lo desconocido. Lo recomiendo para todas aquellas personas dispuestas a mirar a la vida con ojos distintos y redescubrir su más profundo sentido.

“Cuando aprendemos a reconocer y a confiar en que el universo se comunica con nosotros de múltiples maneras, experimentamos lo que yo llamo The Great Shift (el gran cambio). Es un cambio de perspectiva que potencia nuestra conexión, nuestra vitalidad y nuestra pasión. Nos ayuda a entender el verdadero sentido de la existencia. Y además transforma el viaje en algo mucho más bello y significativo”, dice Laura Lynne Jackson en su libro Señales: el lenguaje secreto del universo.

Todos tenemos poderes

“Marie estaba sentada en la sala de espera del hospital. Le estaba costando respirar. Trataba de no mirar el reloj de la pared, pero no podía evitarlo. Cinco minutos. Después, otros cinco minutos. Un rato antes, su esposo Pete había sido ingresado para una cirugía de corazón. Los médicos se habían mostrado muy optimistas, pero Marie sabía que no existían las garantías. Tenía miedo. Se sentía sola. Se acordó de Kerry, su hijo muerto hacía muchos años. Le gustaba hablar con él en su cabeza. Kerry, si estás por ahí, por favor mandáme una señal, pensó Marie. Una señal que me confirme que tu padre va a estar bien. Por favor, Kerry, tengo mucho miedo. Me ayudaría mucho saber que me estás acompañando y que estás cuidando a tu padre. Treinta minutos después, una enfermera entró en la sala de espera. Se acercó a Marie y le preguntó si podía alcanzarle algo para tomar. Bueno, sí, me encantaría un café, dijo Marie. Pero insisto en pagar, y le dio un billete de cinco dólares. A los pocos minutos, la enfermera volvió con el café y el vuelto de los cinco dólares. Entonces le tocó suavemente el hombro y le dijo: Yo sé que la espera es terrible, pero aguantá. Dios tiene un plan. Nunca estamos solos. Marie bajó la vista, conmovida por las palabras de la enfermera. Y allí mismo, en la esquina superior izquierda de uno de los billetes del vuelto, había un nombre escrito en mayúsculas: KERRY.”

Esta anécdota está incluida en el libro Señales: el lenguaje secreto del universo, de Laura Lynne Jackson, que comenté más arriba.


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