La radiestesia hace referencia a la facultad que tenemos los seres humanos para percibir radiaciones.
Nuestro organismo es un receptor capaz de captar las radiaciones que emiten otros cuerpos y diversas formas de energía sensoriales, ultrasensoriales o astrales. Cualquiera puede desarrollar esa percepción, aunque puede ser diferente en cada persona.
Dentro de nosotros está todo el conocimiento del universo, y es precisamente la radiestesia el método con que conectarse a ese conocimiento y ayudar a los demás. Gracias a ella se dan lugar fenómenos interesantes como las premoniciones o la telepatía.
La radiestesia facilita que podamos detectar de forma consciente lo que es inconsciente, algo que se puede conseguir con el llamado “sexto sentido” y la intuición.
Las formas más habituales para percibir esa energía o radiaciones son las varillas y el péndulo.
El péndulo quizá sea el método más utilizado. El péndulo dará respuesta a las preguntas que le hace la persona.
Para explicar la radiestesia mucho mejor, hay dos escuelas:
La radiestesia es una de las mejores terapias alternativas, no tiene límites, por lo que se puede utilizar para lo que se quiera ya que la mente puede ser programada para todo lo que se precise.
La clave está en saber educar esa parte de la mente para que dé la información real que se quiere conocer siempre que se tenga cualificación para responder a las preguntas planteadas.
Para ello se necesita tiempo, dedicación y paciencia. Hace falta comenzar haciendo preguntas básicas como: si hoy es lunes ¿hoy es lunes?, si tienes 25 años, ¿tengo 25 años? … y poco a poco comenzar con preguntas más complejas.
La radiestesia la puede desarrollar cualquier persona racional y coherente independientemente de su edad, requiriendo entrenamiento y perseverancia para dominarla.