02 Feb
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¿Por qué conformarnos con una vida llena de elementos pesados?¿Por qué conformarnos con acompañar con nuestro espíritu un cuerpo que envejece? Estas preguntas qué; hace ya mucho; mucho tiempo, se hicieron los alquimistas, siguen vigentes en el corazón de todos aquellos que deseamos una vida de transformación.

Somos alquimistas todos aquellos que buscamos una vida en la que madurar no signifique la pérdida de nuestra juventud, esa en la que la vida está llena de posibilidades, sino un retorno a ella tras haber transmutado las creencias y los hábitos erróneos que convirtieron nuestra visión del mundo en algo pesado, inerte, plomizo…

Los antiguos alquimistas ya sabían que la transformación comenzaba por la  purificación de sí mismos. Por deshacerse de lo denso para alcanzar el estado de pureza y transmutación interno que les permitiría transmutar lo externo. Precursores de la Ciencia, también eran personas de acción, no se conformaban con filosofar, sino que experimentaban, creaban, probaban una y otra vez, conscientes de que el propio proceso de la búsqueda personal, mediante la experimentación, era en sí mismo un proceso empoderador y transformador.

El Alquimista moderno debe estar dispuesto a probar con apertura todo aquello que le resuene, investigar en métodos ya creados y aportar su propia experimentación.

Pero existen 4 ingredientes básicos, el kit de inicio (que una vez integrado permanece con nosotros hasta el fin del camino) que toda persona que desea transmutar su vida, debe poseer.

INTENCIÓN CONSCIENTE, ATENCIÓN, ACCIÓN Y PERSEVERANCIA

Lo primordial y lo básico es tener la INTENCIÓN CONSCIENTE de transformar nuestras vidas, y para ello es imprescindible ser conscientes de nuestros patrones automáticos.

La inmensa mayoría de los actos que realizamos los hacemos de forma inconsciente y sin intención.

Y así convertimos cada uno de ellos en algo inerte, mecánico, alejándonos de nuestro poder personal, de influir, mediante nuestra propia intención, en cada cosa que hacemos.

¿De veras ponemos la Intención de nutrirnos cuando ingerimos alimentos?¿O simplemente, como si de máquinas se tratase, arrojamos la comida a nuestro interior porque es lo que toca?

¿De veras ponemos la intención de fusionarnos en el otro cuando mantenemos relaciones sexuales, o simplemente somos seres reactivos de nuestros impulsos?

¿Ponemos la Intención en escuchar al otro cuando nos habla o volvemos a ser seres reactivos que funcionan sobre la marcha?

La transformación de una vida reactiva y desempoderada en una vida plena, alquimizada, pasa por poner la Intención Consciente en todo lo que hacemos.

Y si hablamos de vida plena, debemos tener claro que lo que me realiza a mí, no te realiza a ti, que cada uno tiene su propio destino, su propia esencia con lo que es imprescindible mantener la INTENCIÓN de estar alineados con nuestro SER, con lo que de verdad queremos para nosotros.

El segundo ingrediente es la ATENCIÓN.

Atención en el mundo externo, atención en nuestro mundo interno, atención en la interacción de ambos.

Atender a las demandas de nuestro cuerpo y también de nuestra esencia.

Prestar atención a qué sucede exactamente en nuestras emociones, en nuestros movimientos, en nuestros pensamientos ante cada experiencia que vivimos.

Atención para descubrir qué nos resuena, qué ha dejado de tener sentido para nosotros, a qué nos estamos aferrando y hace tiempo que se convirtió en uno de esos metales pesados con los que trabajaban los alquimistas, atención para descubrir qué nuevas oportunidades están apareciendo ante nuestros ojos, y si de verdad están alineadas con nuestra transformación.

Atención para descubrir los mecanismos defensivos de nuestro ego, que son, sin duda, el mayor elemento de transformación que podamos encontrar.

Sin atención no hay experiencia, sin experiencia no hay realidad, sin realidad no hay nada que transformar.

El tercer ingrediente, absolutamente indispensable, es la ACCIÓN.

Es lo que nos hace pasar de filósofos a alquimistas, la transformación no se hace sola, por mucha intención y atención que pongamos en ello, tenemos que movernos, tenemos que actuar, tenemos que dejar atrás la estrechísima zona de confort donde no existe transformación posible.

No importa por dónde empieces, si quieres hacer cursos de yoga, de respiración consciente, de reiki o de inteligencia emocional. Tú solo muévete con intención.

Haz lo que sea que vaya en coherencia con lo que quieres alcanzar, pero haz algo,experimenta, muévete atentamente, intencionalmente, y aprende de los resultados que coseches, porque no existe el error sino la enseñanza de que ese no era el camino, pero existen tantos caminos como intentos y en todos ellos encontrarás una nueva pauta de hacia dónde dirigirte.

Por último, pero no menos importante, un buen alquimista debe mantener en todo momento la PERSEVERANCIA.

No importa la de veces que te tropieces con piedras que creías tener superadas ( al final te harás amigo de las más pesadas…), no importa que ayer resolvieras de maravilla una situación y mañana vuelvas a caer en respuestas antiguas.

Nunca sabes dónde te va a dirigir tu próxima acción, sólo disfruta del camino y sigue caminando, sigue transmutando, sigue viviendo y nunca pierdas la Intención de encontrar esa piedra filosofal que te convierta en la persona plena que has venido a ser.

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