09 Sep
09Sep

El Avispón Gigante es una de las avispas más grandes del mundo. Se conoce comúnmente como “asesina de yaks” por el poder de su picadura.

Son la pesadilla de las abejas.

El peor día para un panal de abejas empieza con una avispa exploradora descubriendo el panal. La avispa marca el panal con una sustancia que le da un aroma que ayuda al resto de avispas a localizarlo. Luego, la avispa exploradora avisa a sus compañeras del aroma con el que ha marcado el panal para que puedan rastrearlo y encontrarlo.

Luego, varias docenas de avispas llegan al panal y se desata el caos. Uno creería que miles y miles de abejas podrían ganar contra docenas de avispas, pero no es así.

Todo empeora pronto. Las avispas son casi inmunes a las picaduras de abejas (aunque varias picaduras seguidas debilitarían al Avispón Gigante).

Cuando uno ve la escena en vídeo, se pone de parte de las abejas: “¡Pícale! ¡Muérdele el ala!”

Pero las avispas se quitan de encima a todas las abejas: sus mandíbulas cortan cabezas como las tijeras cortan papel. Las avispas son indudablemente superiores.

El Avispón Gigante puede matar a 30–40 abejas por minuto: hay cabezas, patas, alas y cuerpos de abeja destrozados por todas partes.

Las avispas vacían el nido y luego se comen las larvas y la miel. Pero...

... hay una especie que ha ideado una forma de combatir todo esto.

La abeja melífera asiática nota cuando una avispa exploradora llega a su nido. La dejan entrar a posta sin reaccionar. Luego, la exploradora empezará a marcar el panal con el aroma que luego usará para alertar a sus compañeras.

Cuando la avispa está bien cerca, todas las abejas atacan:

La rodean en manada.

Al final, uno casi ni ve la avispa. En medio de la masa, el avispón se retuerce intentando liberarse, pero más abejas se añaden al ataque.

Mientras rodean al avispón, las abejas empiezan a vibrar. Mientras vibran, la masa de abejas empieza a calentarse por el centro.

La avispa de la foto anterior se encuentra en medio de esta masa. La temperatura máxima de una avispa es de 46° C, mientras una abeja puede soportar hasta 48°.

Las abejas pueden calentar el centro de la masa hasta 46.5° y mantener la temperatura constante (a veces durante horas), matando al avispón lentamente.

Esta técnica evita que la avispa pueda volver con sus compañeras para darles indicaciones, y por ello salvan el panal.

La abeja melífera asiática ha encontrado el punto ideal: la técnica de mantener la temperatura a esos niveles tan precisos es una labor de trabajo en equipo increíble.

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