12 Apr
12Apr

La poligamia no es solo un hombre con muchas mujeres (que se llama poliginia) ni una mujer con muchos maridos (que se llama poliandria). La poligamia es el nombre genérico de una forma de relación familiar, de varios hombres con varias mujeres, que fue dominante 99.783 años de los últimos 100.000.

La monogamia, monoginia y la monoandria son construcciones culturales creadas por los humanos cuando dejaron de ser cazadores nómades y se asentaron para convertise en recolectores sedentarios. El jefe de familia pasó a ser el patriarca o pater familias, por la simple cuestión que por tradición empuñaba las armas y era el más apto para defender el territorio, que pasó a considerar como propio por la fuerza de las armas, y deseó que fuera su linaje quien heredara las tierras cuando él ya no las defendiera.

Por un instante volvamos a la época troglodita. Los hombres eran cazadores y las mujeres se encargaban de procesar y administrar la comida, cuidar a los hijos, defenderlos y defenderse. De tanto en tanto, y no muy lejos de las cuevas y aleros, las señoras eran recolectoras.

Cuando los hombres salían a cazar corrían el riesgo de ser ellos, a su vez, las víctimas de los animales carniceros: lobos, chacales, tigres, leones, osos, pumas o cualquiera otro de los que no le temen al hombre y lo ven como una presa relativamente fácil.

Las mujeres debían parir, durante los 30 a 35 años que duraban sus vidas en aquellos tiempos, la mayor cantidad de hijos posibles, porque la forma de muerte más natural de los hombre era por el ataque animales carnívoros para quienes eran presas relativamente fáciles. La segunda causa de muerte eran la luchas entre los clanes que rivalizaban por el territorio de caza.

Las mujeres no tenían un macho o marido exclusivo, sino que eran impregnadas por el que estuviera disponible, o tuviera ganas, e intuitivamente sabían que, cuanto más jóvenes fueran, y tanto más repitieran el acto sexual, tendrían tantas más posibilidades de quedar preñadas.

Cuando un clan o tribu invadía los territorios de otro, asentado en una zona determinada, se entablaba una lucha, unos por establecerse y los otros por desalojarlos. Los que triunfaban, lo primero que hacían era matar a todos los hombres, luego iban a las cuevas o nidos del clan. Mataban a los niños, que habitualmente se convertían en la cena de los vencedores, y también a las embarazadas. Luego se llevaban a las mujeres y a las niñas para impregnarlas tantas veces como fuera posible para que se embarazaran con la estirpe del vencedor y no del clan vencido que en el futuro podrían reclamar el territorio perdido por sus padres.

La poliandria, era lo normal. La mujer trataban de tener todos las relaciones posibles con la mayor cantidad de machos que estuvieran dispuestos.

En la actualidad el nivel de testosterona en las Mujeres es de 6 ~ 86 ng/dL (0,21–2,98 nmol/L); en los Varones de 270 ~ 1.070 ng/dL (9,36–37,10 nmol/L). Se estima que en la época paleolítica las mujeres tenían 120 ~ 200 ng/dL. Por eso los hombres y mujeres paleolíticos tenían menor dimorfismo sexual y las hembras mostraban un apetito sexual bastante mayor que lo que hoy consideramos normal. Al parecer esa podría ser una de las razones por la que los embarazos del paleolítico duraban 12 meses.

Con el asentamiento y la actividad agropecuaria vinieron las guerras, que no eran otra cosa que las mismas luchas organizadas, a cargo de un líder, y que se podían prolongar por meses y años. A raíz de esto, en toda Europa escasearon los hombres desde el siglo 4° antes de Cristo y se prolongó hasta la segunda mitad del siglo 20 de nuestra era. Los hombres morían como moscas en las guerras, las mujeres quedaban a cargo de las granjas y se sumaban varias generaciones de célibes, que no podían ni soñar en tener varios hombres que las embarazaran, por lo que, los veteranos de guerra heridos o los muy jóvenes tenían a su disposición varias mujeres. La experiencia les enseñó que el incesto con los hermanos solía traer gravísimos problemas (por compartir 100% de la carga genética) y que tales problemas como enfermedades hereditarias y malformaciones se iban perdiendo a medida que el grado de parentesco era más lejano.

Un joven que se quedaba en la villa, o pasaba por ella, tenía asegurado mucho “trabajo” sexual, por lo que muchos terminaban asentándose lejos de su zona natal y sirviendo sexualmente a una gran cantidad de mujeres. Por varios siglos era casi normal que las mujeres fértiles fueran embarazadas por varones apenas adolescentes o pre adolescentes, para asegurar “abundante simiente”.

Las sequías, los fríos extremos y las guerras masivas mermaron la población de Europa en docenas de millones de personas, por lo que la Iglesia salió a decir que había que tener todos los hijos posibles para “la gloria de Dios” y de paso para los ejércitos del Papa, del Rey puesto por el Papa, o el emperador puesto por el Papa. En pocas palabras, todavía no eran carne de cañón, sino de arco y flecha, lanza o ballesta que morirían “por la gloria del Señor” y la riqueza y poder de sus representantes terrenales.

En el Antiguo testamento hay infinidad de casos de poliginia. Desde Abraham que tuvo dos esposas, pasando por numerosos reyes de Israel que también practicaron la poliginia. El Corán habla abiertamente de esta práctica y la defiende diciendo:

“Podéis desposar a dos o tres o cuatro mujeres que os gusten […] pero si teméis no poder ser equitativos, entonces desposad sólo a una” (IV,3).

No olvidemos que el esclavismo estaba en su máximo esplendor, y que el señor de la familia o pater familias debía” tener relaciones con su consorte legítima y podía hacerlo con todas las esclavas que pudiera mantener, lo cual se extendió hasta la segunda mitad del Siglo 19.

Los nobles tenían una consorte por conveniencia, y luego una nube de amantes y favoritas. Las señoras nobles no se quedaban atrás y a los sirvientes y esclavos que se mostraban fogosos, recibían favores y hasta la libertad, lo cual se extendió hasta los inicios de la Primera Guerra Mundial.

La Iglesia prohibió, primero tímidamente, y luego con más vehemencia las uniones concupiscentes tanto de hombres como de mujeres, porque originaban reyertas descomunales una vez que las propiedades, especialmente las inmuebles, antes de que fueran bienes registrables. Otro problema era el varón mayor consagrado, o la ley del mayorazgo, las sucesiones y las herencias, que trataron de solucionar los códigos alemanes y especialmente el de Napoleón y sus derivados.

¿Por qué en la época de Cristo era buena y Cristo no la condenó, y la Iglesia sí? Lo lamento, la aceptación o no de la poligamia, es una cuestión económica que poco tiene que ver con la ética, la moral y mucho menos con la sexualidad. Hoy existe poligamia sucesiva y ya comenzó la poligamia sin cohabitación, tanto de hombres como de mujeres. La costumbre no se va atenuando como anuncia la Iglesia sino todo lo contrario. Pasó del 2% al 4,1% en sociedades urbanas de más de 100 mil habitantes entre jóvenes de menos de 30 años de edad.

Quora
Comentarios
* No se publicará la dirección de correo electrónico en el sitio web.
ESTE SITIO FUE CONSTRUIDO USANDO