07 Sep
07Sep

Un hombre de mucha fama en un pueblo, se encontró con un sordo del lugar y en una libreta le escribió:

– ¿Sabes que tu vecino está muy enfermo? Yo creo que deberías ir a visitarlo…

El sordo asintió, pero de pronto pensó: pero con la sordera que tengo… ¿Cómo me enteraré de lo que dice? Él no sabe lengua de señas… Bueno, tal vez pueda estar atento al movimiento de sus labios. Al fin y al cabo, es fácil. Yo le preguntaré:

  • ¿Qué tal estás?
  • Y él me contestará: – Bien, bien…
  • Aprovecharé para decir: – ¡Fantástico!
  • Y luego le puedo preguntar qué está bebiendo… Seguro que es agua o caldo, lo típico que beben los enfermos. Así podré añadir: – ¡Que aproveche!
  • Y por último le preguntaré por su médico. Cuando me diga su nombre, le diré que es un médico fantástico. Así le daré ánimos y quedaré bien.

Cómo fue realmente la visita del sordo

Convencido de que había trazado un plan fantástico para poder quedar bien ante su vecino, se armó de coraje y fue a visitarlo.

Al entrar, preguntó: – Hombre, ¡cuánto tiempo sin verte! Me han dicho que estás algo enfermo. ¿Qué tal estás?

Pero el hombre, lejos de contestar lo que se suele decir por cortesía, dijo: – Pues me estoy muriendo…

A lo que el sordo contestó: – ¡Fantástico!

A pesar de la cara de extrañeza del moribundo, el sordo siguió con su plan de visita: – ¿Y qué estás bebiendo?

Pero no era agua ni caldo… el hombre respondió: – ¡Veneno!

Vaya, ¡que le aproveche! - respondió sin más el sordo.

El enfermo estaba cada vez más enfadado, pero el remate llegó con la última pregunta. – ¿Y qué médico te atiende?

Como el hombre estaba muy enfadado, respondió con ira: – ¡El ángel de la muerte!

El sordo le contesta; – Uy, me han dicho que es un doctor fabuloso. Seguro que va bien… ¡Hasta la próxima!

El sordo se fue tan contento, seguro de haber hecho una buena visita.

Qué temas puedes trabajar con este divertido cuento

Utiliza este cuento popular para hablar de:

– Los malentendidos.– Por qué no debemos dar por hechas las cosas.

Reflexiones sobre el cuento <<El sordo que visitó a un vecino enfermo>>

Cuidado con los malentendidos. La comunicación es muy importante y las palabras pueden cambiar un estado de ánimo:

No hables si no estás seguro: a veces es mejor callar y no decir nada que hablar y decir lo primero que se nos pasa por la mente. Es más, si no estamos seguros de las consecuencias que pueden tener nuestras palabras, casi es mejor no decir nada. Y si no, mira lo que le pasó al protagonista de esta historia, que dio por hecho lo que no entendía y terminó equivocándose por completo. ¿Las consecuencias? El malestar de su vecino enfermo.

Podemos hacer daño sin mala intención: no siempre se hace daño a otras personas de forma intencionada. Ya vemos aquí que el sordo en realidad llevaba buena intención. De hecho, quería visitar a su vecino a pesar de las dificultades que tenía de comunicación. Pero al final, en lugar de ser sincero y expresarse mediante gestos para dar a entender al vecino que no podía oír, optó por ‘probar suerte’ y terminó generando un gran enfado en su vecino, quien llegó a pensar que en realidad se estaba burlando de él.

Los malentendidos por culpa de la comunicación y las palabras mal utilizadas tienen un gran peligro, porque podemos terminar hiriendo los sentimientos de otra persona sin darnos cuenta.

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