08 Nov
08Nov

La experiencia diaria nos indica que los seres humanos tenemos días maravillosos en que rebosamos de vigor, dinamismo, alegría de vivir y claridad de juicio. De igual modo, tenemos otros en que nos sentimos agotados o indispuestos sin motivo aparente, de mal humor, desganados, deprimidos, mentalmente perezosos y carentes de lucidez.

Una teoría que pretende explicar el porqué de estos altibajos, es la de los BIORRITMOS, conforme con la cual a partir del momento del nacimiento de una persona, se inicia un proceso rítmico de flujo y reflujo de energía vital que puede traducirse en ondas o ciclos biológicos que se repiten indefinidamente hasta la muerte.

Existen distintos tipos de ciclos biológicos o biorrítmicos, de los cuales haremos referencia a los ciclos FISICO, EMOCIONAL e INTELECTUAL, cuyas ondas experimentan ascensos y descensos para volver a su punto de partida cada 23,28 y 33 días respectivamente.

El estudio de los estados biorrítmicos reviste en la actualidad un gran interés científico y práctico por haberse comprobado la estrecha relación entre los mismos y el comportamiento individual bajo distintas circunstancias sociológicas.

La valoración de los niveles energéticos relativos a cada ciclo, permite a una persona medir sus posibilidades y aprovechar sus días propicios con máxima probabilidad de éxito, como así también protegerse contra accidentes y fracasos en su vida de relación.

La ciencia del comportamiento humano encuentra en el análisis biorrítmico el modo de situarse en las mejores condiciones para el éxito en los negocios, los estudios, los deportes, los viajes, la vida afectiva, etc.

Todos sabemos lo que es tener días malos y días buenos. Durante los primeros, nada sale bien y con frecuencia pensamos que deberíamos habernos quedado en casa. Durante los días buenos, nos sentimos pletóricos, y encaramos y resolvemos los problemas con optimismo y facilidad; es decir: estamos en ´ganadores´.

Durante mucho tiempo se creyó que era el destino, quien dictaba estos altos y bajos. Hoy sabemos que detrás de esta aparente casualidad existe una regularidad de la naturaleza.

EL BIORRITMO ha descubierto y comprobado mediante estudios estadísticos, que toda la vida de una persona se halla determinada por tres diferentes estados biorrítmicos: el Físico o Somático, el Emocional o Psíquico y el Intelectual o Mental; todos ellos con medio período activo en alza y medio pasivo en baja.

CICLO FISICO: Duración: 23 días. Es el ritmo de la fuerza y la resistencia. Durante las altas (primera mitad del ciclo, de once y medio días de duración) las personas se sienten vigorosas y vitales, acentuándose favorablemente las características propias de este ciclo. Aquí nuestro organismo está preparado para gastar energías y consumir los excedentes acumulados; momento ideal para dietas de adelgazamiento (2000 calorías diarias), actividades deportivas, trabajos pesados, etc.

CICLO EMOCIONAL: Duración: 28 días. Es el ritmo de la fuerza interior y la voluntad. Gobierna la sensibilidad, el sistema nervioso, la intuición, la alegría, la tristeza, la creatividad y la fuerza espiritual. Durante las altas (ciclo de 14 días) se manifiestan los factores distintivos del mismo y durante los restantes 14 días se registran los niveles inferiores o negativos. Durante el período positivos nos sentimos seguros optimistas y joviales; momento ideal para zanjar diferencias, imponer ideas y emprendimientos que requieran empuje y convicción; para realizar paseos y excursiones, para la vida afectiva y de relación general. Durante los períodos de descenso las personas suelen mostrarse irritables y en actitud negativa.

CICLO INTELECTUAL: Duración: 33 días. Es el ritmo de la capacidad inteligente y la concentración. Corresponde a las facultades conscientes relacionadas con la inteligencia, memoria, agudeza mental, capacidad de raciocinio y velocidad de reacción. Durante las altas razonamos e incorporamos conocimientos con gran facilidad. Es el momento ideal para estudios y planificaciones.

La importancia del BIORRITMO reside en el conocimiento de nosotros mismos, pudiendo elegir nuestros momentos para acometer emprendimientos con mayor probabilidad de éxito o extremar las precauciones ante los imponderables en nuestros períodos de bajas.

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