14 Oct
14Oct

Sobre la imagen: Las parejas exitosas saben cómo solucionar el haber herido los sentimientos de su pareja. Escultura "La conversación" de la artista francesa Etienne, en Praiano (Italia).

Seguro que te ha pasado que viajas a otro país (o incluso alguna región dentro de tu mismo país) y usas alguna palabra o frase y quien no sabe que tú eres extranjero se ríe, se ofende o se queda estupefacto. Personalmente me ha sucedido y algunas veces casi que se me transforma en un gran problema.

Por ejemplo si digo "concha" en Colombia, Costa Rica, México quiere decir descaro, pereza, desfachatez; en Argentina, Bolivia, Perú Ecuador, se refiere a la vulva o vagina; en Puerto Rico es el caparazón de los bivalvos o de crustáceos y en Venezuela originalmente era la membrana que recubre ciertas frutas o la mugre alrededor de algo, también le dicen "concha" en Venezuela al escondite, covacha, cueva, madriguera de los delincuentes pero ahora ya lo asocian a la parte femenina.

En Brasil si dices "barata" creen que te refieres a una cucaracha y mientras "cachucha" en Colombia es una gorra en Argentina es vagina, ahora si dices "pichar" en Chile piensan que vas a orinar mientras que en Colombia es tener relaciones sexuales. Pasa lo mismo con la palabra "coger" que significa agarrar, tomar para sí, seguir una dirección en la mayoría de países pero; en Argentina, Bolivia y Costa Rica es tener relaciones sexuales. Por eso siempre es bueno ir con alguien de confianza y de la región y comentarle primero antes de lanzar al aire tu pregunta o frase. Te imaginas si en Argentina pasas por un almacén de deportes y ves una gorra que te gusta, entras y le dices a la encargada: "señorita; ¿puedo coger para probarme la cachucha de la concha? ¿cuánto vale?"... No me imagino la trompada que te ganas.

Si por alguna razón llega a sucederte el decir algo que suene inapropiado en otro lugar menos en el tuyo, hablar de lo que te enseñó la situación le reafirmará a la persona que aprendiste de tu error. Además, aprender y hacer un esfuerzo por corregir tu conducta demuestra que actúas de buena fe. Mi recomendación es decir: “Oye, discúlpame por decir eso. Me da gusto que me lo hayas comentado y me esforzaré por decirlo de la forma correcta”.

Y mira esta curiosidad. Nunca sabremos en qué lugar, en qué momento, se puede encontrar la respuesta para alguno de los pequeños enigmas que nos rodean. Yo estuve muchos años oyendo la palabra popelina como referida a un tejido propio para la confección de camisas, pero si me preguntasen por su composición o por su urdimbre, o me lo pusieran delante de los ojos, no sabría distinguirlo de cualquier otro de los que se emplean en la industria textil. Y lo mismo me pasa con la palabra tergal, un misterio que aún permanece. La cantidad de expresiones que aceptamos con perfecta naturalidad sin saber bien lo que significan es abrumadora.

En una localidad que frecuentaba de niño, anduve arriba y abajo por una calle llamada de Linares Rivas y tuvo que llegar la adolescencia para que me enterase de que estaba dedicada a un autor teatral gallego, de bastante éxito en su época, que escribió, entre otras, una obra que lleva el sugestivo título de La jaula de la leona. (Por cierto, todavía no la leí y por tanto no puedo asegurar si la leona en cuestión es realmente un felino o la patrona de una pensión de estudiantes).

Las autoridades municipales podían haber antepuesto al nombre de Linares Rivas la condición de escritor, del mismo modo que subrayan siempre el grado de cualquier militar al que dedican una calle (general, coronel, teniente, sargento, incluso cabo) pero, por alguna razón que desconozco, le dan distinto trato a las personas que destacan en la vida civil.

En la película "Kiki, el amor se hace", no obstante, se mira con ojos indiscretos otras formas de relación sexual. Pero, para empezar, ¿de dónde viene el término quickie, qué significa y en qué contexto lo utilizamos?

Quickie (del inglés quick) que quiere decir rápido, se ha colado en el diccionario de la jerga sexual para indicar un acto sexual improvisado, sin previo aviso, y en el que el factor sorpresa es el mayor aliciente para hacer subir la líbido unos graditos. ¡Atención a los amantes del spanglish! «Have a quickie» (que no tiene una connotación sexual en inglés), no funcionará si lo que quieres es mandarle una indirecta a esa sueca guapera que juega en el billar de al lado…

El caso es que, empleamos muchas palabras, y aún expresiones, giros y frases hechas de las que no conocemos bien el significado. ¿Cuántos son los que saben realmente qué quiere decir "a buenas horas mangas verdes"? O también una que oí recién: "Tiró verde para recoger maduro".

El otro día, por ejemplo, acudí con unos amigos a una exposición dedicada al artista norteamericano, de origen ruso, Emmanuel Radnitzky, más conocido como Man Ray. La organizaba una entidad de crédito y recoge una parte muy significativa de su obra pictórica y fotográfica. Man Ray se pasó la vida entre Estados Unidos y Francia y mantuvo relación directa con artistas tan conocidos como Picasso, Braque, Picabia, Matisse, Louis Aragon y Paul Eluard, a cuya mujer retrató desnuda. Fuimos admirando de sala en sala la obra expuesta, y ya nos íbamos a marchar cuando una de las coordinadoras que cuidaba la exposición nos animó amablemente a que contemplásemos la sorpresa final. Estaba en un lugar reservado al que se accedía por una estrecha escalera.

Allí se ofrecían algunas fotografías en las que puede verse a Man Ray copulando con Kiki de Montparnasse, su amante de entonces. Las escenas, de "sexo explícito", como se dice en el programa de mano, no son precisamente un prodigio artístico y la falta de vigor del señor Radnitzky denota que estaba más preocupado de los aspectos técnicos del encuadre que de la propia acción a desarrollar. (Ignoro, por otra parte, si en aquel tiempo el disparo retardado de las cámaras estaba bien conseguido). En cualquier caso, ahora ya puedo deducir, con algún fundamento, de dónde procede la expresión echar un kiki. Hasta la fecha había especulado con que podría derivar de la acción de gallear o de imitar la voz del gallo. Pero me gusta más esta versión. Es más surrealista.

¿Tienes algunas palabras o frases que quieras agregar? Déjalas en los comentarios.

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