12 Aug
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Muchas personas piensan que vivir en este mundo, en su experiencia física, consiste en algo como “levantarme, trabajar, dormir unas horas, y de vez en cuando, tendré alguna alegría”. Viven en automático.

Este es el motivo por el que los viernes hay millones de personas que celebran el fin de semana, como si fuese la válvula de escape a una vida que fuese de otro; aunque, en verdad, la responsabilidad sobre la carga de frustraciones, decepciones y libertad condicionada es propia, de cada uno. De nadie más.

Todos venimos a esta vida con cierto propósito, si es que quieres creer en ello y vivirlo a fondo. Esa también es una elección personal.

Dentro de lo que haces cotidianamente, puedes escoger solo entre dos opciones: vivir en automático, o darle sentido, dirección y propósito a tu vida completa: no a pedacitos, ya que somos seres completos en el origen, con todas las cualidades y los aspectos a mejorar que tenemos.

Para qué sirve conocer tu don

Una forma verdaderamente esencial de conectar con el sentido de tu vida es tu don.

Un don es cierta cualidad que, a través de una habilidad, se convierte en un sello distintivo de quién eres desde tu ser. Un don es una forma de transitar esta experiencia humana conectada con la profundidad de quien eres, sabiendo con total certeza el para qué estás aquí.

Un don es una manera de encarar los proyectos y tu hacer en el mundo, en concordancia con lo que sientes, piensas y dices. Es decir, con coherencia e integridad; con profundidad y compromiso.

Muchas personas asocian el don a una cualidad espiritual – no necesariamente religiosa, aunque ciertos dogmas han querido apoderarse de este concepto espiritual en el sentido de una conexión profunda con quien eres y cuál es la misión que determina tu destino mientras avanzas haciendo las cosas en el mundo.

Eres un ser único

Más allá de lo que la sociedad impone, diga, difunda o quiera implantar, todos somos seres únicos, irrepetibles; así como nuestros rasgos: pueden ser parecidos a tus progenitores, aunque no son iguales. Así como tu huella digital: es única, fue diseñada solo para ti.

Este sentido de unicidad (ser único), lejos de convertirnos en seres especiales, sirve para conectar y complementarnos con otros, ya que vivimos en sociedad junto a las demás personas. La unicidad tiene que ver con ser uno contigo; y esa es una definición bastante precisa de la palabra honestidad e integridad.

De modo que, te guste o no, hay un sentido de trascendencia que ya viene contigo desde que estás aquí. Lo que sí depende exclusivamente de ti es elegir qué quieres hacer con eso.

Conozco centenares de personas cargadas de angustia, frustración y rendidos ante la vida mediocre y miserable que tienen, cuando, profundizando en ellos, tienen algún don excepcional que no se animan a sacar a la luz, o siquiera reconocerlo – por más que elijan mantenerlo oculto. Algunos ejemplos concretos con los que he trabajado como su coach ejecutivo:

  • Excelentes escritores que pasan décadas sin mostrarle sus escritos a nadie, ni siquiera los comparten con sus seres queridos.
  • Abogados frustrados que lo que siempre quisieron hacer es cantar.
  • Un multimillonario anhelando volver a la simpleza en su vida, y no da el paso de hacer lo que quería: tener un pequeño puesto de flores.
  • Un notable vendedor que jamás pensó en dejar la aparente comodidad del sueldito fijo, para dar el paso de crear su propio emprendimiento (teniendo todo y más para hacerlo).

Es decir, este es el motivo por el que millones de personas viven como zombis circulando por sus vidas vacías; con trabajos que odian y sin esperanza de cambiar ese estado interno que los consume por dentro. Personas que se lo pasan criticando a los demás, por pura envidia, sin hacer nada por sus míseras vidas.

Características de quienes conocen y experimentan su don personal

Las personas que viven expresando su don en el mundo son alegres, entusiastas, optimistas; se enfocan en lo suyo y dejan de buscar la aprobación de los demás. Sienten que su vida es un universo de posibilidades abiertas y disponibles para ser tomadas. Asumen los retos y desafíos con la cuota de incertidumbre lógica, y no se dejan vencer por los obstáculos porque saben que, siempre, hay un aprendizaje detrás del fracaso que pudiese ocurrir. Les encanta ayudar e inspirar a otros. Son luminosas, pueden cambiar la energía de entornos densos y por eso son, por un lado, buscadas y destacadas en su ámbito; y, por otro, blanco de críticas y todo tipo de ataques con tal de opacarlas. En este último caso, lejos de desanimarlas, esto fortalece aún más a las personas que viven su don.

7 formas de descubrirlo

Si aún no sabes cuál es tu don personal, y de qué forma eso puede cambiar tu vida en forma significativa, aquí tienes siete formas de descubrirlo:

1. Eres único en tu estilo. Hay algo que haces completamente diferente a todos los demás. Sin importar el juicio de valor que te pones acerca de ti, tus cualidades y habilidades, eso es algo valioso y, si lo exploras y expandes, puede convertirse en un tesoro que el mundo necesita (además de contribuir a que vivas mejor).
2. Te produce una intensa satisfacción. Cuando conectas con tu don sabes que eso es, que siempre estuvo allí esperando manifestarse y que tu intuición y conocimiento natural iluminarán el camino.
3. Aparece en tu mente muy frecuentemente. Tu don te está llamando. Las personas suelen tener, desde pequeños, recuerdos recurrentes acerca de algo, específicamente, que los conecta con su inspiración. Este plano viene a ser lo que se describe como tu ser superior, algo que está más allá del entendimiento. Lo que hace tu mente es recordártelo como una alerta para que tomes acción y reflexiones al respecto.
4. Te llama la atención ciertas cualidades en otras personas. Cuando no conoces o expresas tu don, es posible que lo veas muy claramente en otros seres. Es que el brillo que adquiere vivir conectado con él, es muy diferente al gris de la vida de la mayoría.
5. Haces algo con excelencia. Al descubrir y vivir tu don, expresándolo en acciones concretas en tu hacer en el mundo, ya sea en tu familia, trabajo, relaciones, finanzas, siempre buscas el mejor resultado posible con los recursos disponibles, y desde allí actúas. Es decir, conectas con la habilidad de la excelencia, que pasa a formar parte de tu sello distintivo. No dejas las cosas a medias; cumples tus compromisos y tu palabra; no polemizas en temas intrascendentes, y te enfocas en cómo seguir manifestando tu don personal.
6. El tiempo se te pasa volando cuando lo haces. Esta característica es sensacional, y tú mismo lo comprobarás, ya que al ejercer esta cualidad tan significativa te darás cuenta de que puedes pasar horas y horas enfocado con tanta pasión, y, a la vez, liviandad, fluyendo, que es un proceso de absoluta alegría, disfrute y conexión superior.
7. Los demás ven eso en ti. Un buen ejercicio es verificar en el tiempo qué es lo que ven las demás personas, no buscando su aprobación, sino verificando información en forma neutral. Por lo general, para las demás personas es bastante obvio reconocer ciertas habilidades especiales que quizás ni tú mismo reconoces. Esa tía molesta que, de niños, nos decía “ve por tal camino… eres muy bueno en esto…”, más todos los amigos, jefes, conocidos, parejas y relaciones que lo han destacado, quizás ven más que tú mismo. Lo que hace falta es empezar a escuchar la voz de tu intuición (no tanto la de tu razón), y dejarte guiar, confiando en que tu mismo don personal te indicará el proceso a seguir.

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