Una niñita de 5 años caminaba de la mano de su padre por la plaza del pueblo, y en una tienda muy bonita entre hermosas luces y finas telas color escarlata, estaban unas perlitas de plástico, la niñita al verlas le dijo a su papá: “papito yo quiero esas perlitas”, el papá miró el precio y le dijo: “mi hijita el valor de las perlitas es lo que yo te daría para tus dulcitos y diversión por 5 años”, entonces la niñita pensó y le dijo a su papá: “¿y si ahorro todo lo que me das por 5 años las podré tener?”, “sí mi hijita si ahorras todo lo que te doy sacrificando dulcitos y diversión, en 5 años podrás comprar tus perlitas de plástico”.
Entonces la niñita se llenó de decisión, tomó una cajita de cartón y en ella se puso a ahorrar todo cuando le daba su padre, viviendo privada de todo cuanto le gustaba. Pasó el tiempo y 5 años después logró juntar el dinero necesario, y fue corriendo jalando la mano de su padre a comprar sus perlitas de plástico, llegando a la tienda, rápidamente pagó las perlitas, y caminando lentamente con la mirada fija hacia el aparador de hermosas luces y finas telas, metió su manito y sacó las perlitas, al tenerlas en la mano se llenó de felicidad, por fin tenía sus perlitas de plástico y dijo mientras se las ponía: “jamás me quitaré mis perlitas, que tanto trabajo me han costado”.
Ya por la noche de ese mismo día, la niñita estaba en su cama mirando sus perlitas, cuando en eso, entró su padre al cuarto para darle las buenas noches y le preguntó: “¿mi hijita, me amas?” y la niñita le contestó: “claro que te amo papito, más que a nada en el mundo”, “si me amas como dices, ¡rompe tus perlitas de plástico y tíralas al piso!”, a la niñita se le comenzaron a llenar sus ojitos de lágrimas y estalló en llanto, diciéndole a su padre: “¿papito por qué me pides eso?, estas perlitas de plástico me han costado la mitad de mi vida, luché cada segundo contra todas mis tentaciones, me privé de todo lo que me encantaba ¿y tú me pides que las tire?, ¡papito no puedo!”.
El papá sonrió, dándole un beso en la frente y le dijo: “buenas noches mi amor” y salió del cuarto. Así paso por 5 noches más, entrando y haciendo la misma pregunta, recibiendo la misma respuesta de su hijita, pero el séptimo día, el papá ya no fue a ver a la niñita. Ya muy de noche casi a punto de terminarse ese día, la niñita entró al cuarto del papá con lágrimas en su rostro y le dijo: “¡papito despierta, despierta!”, “¿dime mi hijita, qué te pasa?” a lo que la niñita respondió mirándolo a los ojos: “papito, porque te amo más que a nada en el mundo” y se arrancó las perlitas del cuello, las rompió con sus manitas y las tiró con toda su fuerza contra el piso.
En ese momento, la niñita cayó al suelo de rodillas y bajando la mirada comenzó a llorar amargamente, el padre se arrodilló frente a ella y con una de sus manos levantó tiernamente su carita y le dijo: “mi hijita, no porque esas perlitas de plástico te costaran todo ese esfuerzo y sacrificio, durante la mitad de tu vida, dejan de ser falsas”.
Y con su otra mano de debajo de su cama, sacó una cajita de madera, la niñita sorprendida, la tomó con sus manitas abriéndola lentamente, ¡Eran unas perlas reales!, 1000 veces más hermosas que las otras, al verlas se iluminó su carita, sonrió y llena de amor se arrojó a los brazos de su padre.
Las perlitas de plástico aun siendo falsas, son muy importantes para obtener las perlas reales, ya que la primer prueba de la niñita fue demostrar su fuerza y determinación para alcanzar sus sueños, que en este caso fue el deseo de tener las perlitas de plástico, nacido en el momento de mirarlas, luego pensó cómo hacer para obtenerlas y finalmente llevó a cabo físicamente lo pensado, logrando cumplir su sueño, obteniendo las perlitas que tanto quería, la segunda prueba fue despojarse del valor creado, pues si bien las perlitas de plástico son baratas, para ella fue un camino duro y distante, lo cual creó un fuerte apego hacia ellas, dándole a las perlitas un valor adicional, por encima de su valor real, esto se mira cuando pasamos gran parte de nuestra vida estudiando o aprendiendo un tema y con el tiempo,este gana un valor muy por encima del real, no permitiéndonos soltarlo, pues no sabemos que al dejarlo atrás y mirar al frente, en un solo segundo y no en toda una vida, podríamos tener en nuestras manos las perlas reales.