17 Oct
17Oct

¿Cuantas personas saben que las computadoras, que luego se convirtieron en teléfonos celulares, Smart TV y demás, fueron creadas basándose en cómo funciona el ser humano? Si bien al principio esto no pareciera así, en nuestros días con el avance de la robótica y la inteligencia artificial, es más fácil de identificar. Lo podemos ver en los robots que están en el mercado como por ejemplo el androide llamado ‘Sofía’, al cual hasta se le dio la ciudadanía de Arabia Saudita y expuso ante las Naciones Unidas.

Cuando comenzó la computación era más difícil distinguirlo, pero hoy ya podríamos decir que lo creado por científicos y técnicos es a “nuestra imagen y semejanza”. Una frase utilizada para identificar al ser humano y su creador.

Lo que sigue a continuación es un análisis con el fin de adentrarnos en la esencia del ser humano, su mecanismo de funcionamiento y su “programación y libre albedrío”, y el uso del mismo desde su creación hasta nuestros días. Este análisis pueda que sea rechazado debido a las creencias arraigadas que se tengan, pero para quien lo desestime, le pediría que presente un desarrollo alternativo que desvirtué lo propuesto aquí. En otras palabras, se puede reemplazar algo, pero por otra cosa, no solo criticar la idea solo por el hecho de polemizar.

Como civilización creemos que hemos avanzado y estamos en la cúspide de nuestro desarrollo, pero como podemos ver hoy, ante una pandemia la solución fue encerrar a la gente. Cuál es el avance científico del cual hacemos tanto alarde, si ante un problema de salud que sale de lo rutinario, la solución es el encierro. ¿Nadie cuestiona el tal avance de la medicina? ¿Nadie cuestiona la eficacia de los sistemas de salud? ¿Es que en realidad estamos tan avanzados como nos lo quieren hacer creer?

¡Y de eso se trata, de creencias! Como podemos ver, se puede decir una variedad de cosas, discutir puntos de vista, creer lo que uno quiera, pero la realidad es una sola. Cada uno le va a dar la vuelta según su creencia.

Entendamos de donde provienen nuestras creencias, las cuales las vamos a denominar como ‘programación’. Existe suficiente información disponible, donde se explica las ‘técnicas’ que existen para ‘programar’ el accionar de las personas. Esto no es nada nuevo, y desde los establecimientos de poder se ha venido usando desde milenios.

Los métodos de programación personal y/o social, han sido más evidentes en tiempos más recientes con el nazismo en Alemania, por ejemplo.

¿Cómo alguien puede explicar que niños de edad para escuela básica, pudieran vestirse como y hacer el saludo nazi? ¿Qué idea puede tener un niño de la economía, la política o el mundo?

En la ópera ‘Evita’ que fue muy famosa en los años 70, y se refiere a Eva Duarte de Perón, que fuera la esposa del presidente de Argentina a fines de los años 40, principio de los 50, hay una canción que se llama ‘Santa Evita’. Esta canción la canta un coro de niños y mientras se escucha la canción, hay una vos que dice ‘tómalos cuando son niños...’ Esto en clara alusión a imponerles una creencia que les va a durar toda la vida.

Una programación, cualquiera sea, en un niño va a ser un condicionante para toda la vida si esta no se cambia.

Su esposo, Juan Domingo Perón, en una alusión dijo, la primera elección la gane con los hombres, la segunda con las mujeres (ya que se habilito el voto femenino), pero lo más interesante fue que dijo ‘la próxima será con los jóvenes’. Y su vaticinio se cumplió cuando el peronismo volvió al poder en el año 1973. Los niños de los años 50s ya estaban en edad de votar en los 70s.

El artículo de ninguna manera analiza el tema político, sino que muestra con ejemplos concretos lo que sucede alrededor del mundo desde tiempos inmemoriales. Ciertos actos de gobierno apuntan a la programación y control de masas, ya sea para el momento o pensando en el futuro.

Una creencia es algo que tenemos incorporado, que pueda o no que sepamos de donde proviene, pero es un condicionante de como actuamos en el día a día. Podemos creer lo mismo que nuestros padres, familiares, maestros, políticos, religiosos, etc. Las creencias pueden provenir de cualquier medio en nuestro entorno. Nunca vamos a poder creer en algo que no conocemos.

A diario aceptamos o rechazamos algo automáticamente, instintivamente se podría decir, pero lo que muchos no comprenden es que nuestro accionar está basado en una base de creencias, gustos y demás parámetros, los cuales se procesan en nuestro cerebro a una velocidad increíble, y en base al resultado obtenido de ese procesamiento, actuamos.

Un ejemplo simple. Vamos a hacer café. ¿Qué hacemos? Buscamos el café, si el café es molido, buscamos la cafetera, si es instantáneo buscamos una taza para poder ponerlo. Luego sigue el agua, si usamos la cafetera le colocamos el agua y la prendemos, si es café instantáneo calentamos el agua. Todas estas acciones se procesan en nuestro cerebro a una velocidad increíble, al mismo tiempo que estamos mirando la TV o hablando con alguien. No nos damos ni cuenta la velocidad de procesamiento que tenemos.

Todo lo relacionado con el hacer café, se puede analizar siempre y cuando lo hayamos aprendido de alguna forma anteriormente. Eso que aprendimos, que muchas veces se puede identificar como ‘experiencia’, se produjo porque ya sea lo leímos, alguien nos mostró cómo hacerlo, vimos un video, etc. Esa información que obtuvimos, quedo ‘almacenada’ en nuestro cerebro, la cual será utilizada en el futuro cuando sea necesaria.

Algo tan simple como hacer café, se puede comparar con cada cosa que realizamos a diario en nuestras vidas. En la medida que más incorporemos conocimiento, más fácil se nos hará el procesar la información y tomar nuestras decisiones. Una decisión tomada basándonos en poca información, lo más probable que no tenga el resultado esperado.

Como seres que poseemos una súper inteligencia artificial, nacemos con un sistema operativo base, y ya desde la gestación, comenzamos nuestra ‘programación’ la cual continuará el resto de nuestra vida. Nunca se termina. Siempre se puede aprender algo nuevo o desaprender algo que no nos sirve.

Con nuestro ADN, que es la información hereditaria que traemos y nuestra carta natal, vemos nuestros potenciales y nuestras áreas críticas con las cuales venimos al mundo. A medida que nos vamos desarrollando, nuestro medio ambiente comenzará a moldear nuestro sistema de creencias básicas. Estas creencias, no son más que datos cargados previamente en nuestro cerebro, y que se utilizarán para determinar nuestros pensamientos, sentimientos, relaciones, actos y demás.

Para comprender mejor esta parte, veamos lo siguiente. Todos creemos que si permanecemos un periodo largo en temperaturas gélidas morimos de hipotermia, es conocimiento general, pero existen otras posibilidades. Si esa definición fuera totalmente cierta que uno muere de hipotermia bajo ciertas condiciones, como se explica que un monje en el Tíbet, medita por horas, a la intemperie con temperaturas heladas y no le afecta. Su cuerpo es el mismo que el resto de los humanos. Como esto, también podemos mencionar de personas que van sin alimento o agua por mayor tiempo al que teóricamente el cuerpo aguanta, y no mueren. O de alguien que logra parar su corazón y arrancarlo nuevamente a voluntad. Esto no es ciencia ficción, está comprobado. ¿Cómo se puede explicar?

Se puede explicar, si nos apartamos de ‘nuestras creencias’ las cuales son limitantes. De la misma forma que puedo creer en algo, puedo dejar de creer, de la misma forma que aprendo, desaprendo. Cuántas veces hemos creído en algo (sobre una persona, un gobierno, una institución, entre otros), lo cual defendíamos con uñas y dientes, y ante nueva información tuvimos que cambiar de idea.

Ya con este simple ejemplo podemos ver que lo que creemos puede cambiar. Todo nuestro accionar funciona con base en información que tenemos y manejamos en determinado momento. Nada es absoluto.

El proceso de nuestra programación es lento y para poder hacer cualquier cambio, no solo lleva tiempo hacerlo sino también constancia. La única diferencia en este proceso se ha dado con personas que tuvieron experiencias cercanas a la muerte. Existe un gran número de casos, hay libros escritos, donde la persona luego de pasar por una de estas experiencias cambia completamente su vida. Se puede decir que hizo un reseteo de su programación por lo experimentado. La información con base en la cual funcionaba antes, se borró o se desactivó.

Cada vez que alguien dice, ‘yo soy así’ ¿qué es lo que está diciendo? Solo está diciendo que, con base a su programación, responde de esa manera. Pero esta programación no es algo que este escrito en piedra, aunque la mayoría de las personas piense que es así. De la misma forma que un dispositivo electrónico recibe una actualización de su sistema operativo, nosotros tenemos la capacidad de actualizarnos.

Lo aprendido en el pasado condiciona nuestro presente. Si somos conscientes de ello, podemos cambiar lo que no nos sirve y reemplazarlo por algo que mejore nuestra calidad de vida.

En nuestra carta natal podemos ver nuestras áreas condicionantes y nuestros potenciales. Con eso nacimos, es verdad. En un teléfono, pueda que de fábrica haya salido con determinada capacidad de memoria y no se puede expandir a no ser que se compre un nuevo modelo. En el caso de los seres humanos, no hay límites, todo se puede cambiar. Solo hay que proponérselo.

Nuestros potenciales determinados por la carta natal los podemos maximizar hasta donde queramos, de la misma forma que nuestros condicionantes se pueden eliminar o minimizar. Si trabajamos en esos dos aspectos, podemos optimizar nuestro funcionamiento y nuestra experiencia de vida a su máxima expresión. De la misma forma que nuestro ADN puede traer condicionantes para determinadas enfermedades, si sabemos cuáles son, siguiendo una dieta adecuada y una vida ordenada, podremos minimizar la activación de estos condicionantes y llevar adelante una vida saludable.

Cada país establece su plan de educación y lo va modificando de acuerdo al gobierno o ideología de turno. Si bien podemos criticar tanto al gobierno como a los educadores, tengamos en cuenta que ellos mismos son parte del sistema al igual que nosotros. Lo único que tenemos que pensar es quien está detrás de determinado plan de educación. Por lo general no es quien lo presenta.

Los niños pasan más tiempo en la escuela que con los padres hasta terminar sus estudios básicos cuando son adolescentes. Su ‘programación’ proviene de alguien con quien podamos o no compartir sus valores, pero no existen demasiadas alternativas, es un sistema cerrado. Si le sumamos a la educación, el condicionante de las modas, los comerciales, social media y demás, podemos ver que entramos en un terreno donde los padres tienen muy poco manejo sobre la ‘programación’ de sus hijos. Estos están siendo programados desde otro lugar.

La consecuencia de la ‘programación’ bajo la tecnología actual en la sociedad, especialmente para los niños y adolescentes, supera sin comparación con cualquier época conocida anteriormente. Esto se da porque la conexión directa que existe entre las plataformas digitales y el ser humano (a través de video juegos, social media, información al instante a nivel global y demás), va creando una programación subliminal, que anteriormente solo se podía lograr a través de la lectura, radio o televisión. Antes los periodos estaban acotados a determinados momentos del día; en este momento cada niño, adolescente y adulto tiene un aparato en su mano la gran parte del día cuando no está durmiendo. No solo eso, la comunicación es personal y directa entre el aparato y la persona, no requiere intermediario u horario. Está disponible las 24 horas.

Cabe solo imaginar que, si se podía ‘programar’ a las personas en los años que la tecnología era casi inexistente, que puede pasar hoy con el nivel de penetración que existe por parte de un minúsculo grupo de corporaciones que manejan los mercados y el mundo, las cuales trabajan en conjunto con los gobiernos de turno.

¿Qué tendría que pasar para cambiar la realidad actual en la cual vivimos? ¿Acaso haría falta como los casos mencionados anteriormente, sufrir un evento cercano a la muerte a nivel global para resetear nuestra programación?

Con la astrología podemos ver que estamos en un proceso de gran cambio que comenzó en el 2008. En el 2020 este proceso se aceleró y está lejos de haber concluido, por lo contrario, desde diciembre del 2020 en adelante esto tomará otra dimensión.

La programación en masa tuvo corta duración en el pasado y sus consecuencias no fueron las mejores para la sociedad o el mundo. Este intento actual de masificar nuestra programación con el solo hecho de generar ganancias por un lado, y bajar nuestro nivel de desarrollo humano y personal por el otro, no nos puede garantizar un final feliz en la película que estamos. Esto a largo plazo no sirve, no tiene un propósito válido. Si las experiencias a nivel países conllevaron a importantes crisis y sufrimientos, que se puede esperar de algo que está ocurriendo a nivel global.

Para aquel que no lo vea, desde la astrología podemos decir que lo que viene será muy duro. Para aquellos que lo estén entendiendo, de seguro estarán pensando en disminuir el uso, o directamente desconectarse del teléfono, social media y la TV, para poder comenzar a trabajar en su ‘desprogramación’.

Todavía estamos a tiempo.

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