¿Alguna vez te ha pasado que no puedes dejar de pensar? Tu cabeza es una especie de máquina que no para de procesar pensamientos de lo más variopintos. Te preguntas cómo es posible que puedas hacer tantas cosas a la vez, tener tantos pensamientos al mismo tiempo y poder seguir funcionando con normalidad. Sientes que no puedes con todo y te imaginas explotando en algún momento.
Es complicado mantener la calma cuando tu cabeza parece que va a su bola, pensando cosas que preferirías no pensar, haciéndote dudar de todo y todos.
Las personas que piensan demasiado pueden tener 10 pensamientos al mismo tiempo en su cabeza, al mismo tiempo que mantienen una conversación, comen algo, están pendientes de la música que está sonando y le echan un ojo a la gente que hay alrededor. ¿Te resulta familiar?
Es alucinante como una persona puede ser capaz de estar haciendo tantas cosas a la vez mientras mantiene una apariencia tranquila y relajada. No es fácil detectar una persona que piensa demasiado. Normalmente pasa desapercibida, pues no hay señales que indiquen que la persona con la que estás hablando te escucha atentamente al mismo tiempo que su cabeza echa humo.
Aunque pueda parecer, explicado de esta forma, que pensar demasiado es una habilidad difícil de conseguir, casi como algún tipo de don. No lo es. Es algo horrible para la persona que lo sufre. Normalmente los pensamientos intrusivos que se pasean libremente por la cabeza son miedos irracionales que bloquean a la persona.
Esos pensamientos son normalmente negativos, dudas constantes. El doctor Michael Shadlen, investigador en el Instituto del Comportamiento del Cerebro dice: “la gran mayoría de los pensamientos que circulan en nuestro cerebro ocurren por debajo del radar de conciencia consciente, lo que significa que a pesar de que nuestro cerebro los está procesando, no somos conscientes”.
Cuando piensas mucho, estás continuamente pidiéndole a tu mente que trabaje. Esto hace que tu mente esté cansada y que no rinda como debería. Estás pensando en tantas cosas que a veces no eres capaz de focalizar tu atención en cosas en las que deberías.
Si tus pensamientos son continuamente negativos, tu día se verá influenciada por ellos. Tu actitud y predisposición hacia las cosas tendrá un prisma negativo.
A nivel físico, cuando pensamos mucho, también nos puede pasar que empecemos a respirar con dificultad, las manos sudorosas, acné y otras marcas.
Mirar un punto fijo
Cuando estás pensando mucho, tienes que tratar de separar tu cabeza de lo que está pasando a tu alrededor. Para eso trata de mirar a un punto fijo y observar lo que hay. Mira los detalles y deja que tu mente pase de esos pensamientos intrusivos a focalizar toda su atención en eso que está pasando.
Concentrarse en la respiración
La respiración es muy importante. Si crees que no puedes controlar tus pensamientos en un momento es porque te has acelerado y no estás siendo la dueña de ti. Trata de ir a un sitio tranquilo en donde te puedas sentar tranquilamente y empieza a respirar siendo muy consciente de tu respiración.
Si estás en la calle y te es imposible sentarte, simplemente empieza a respirar tratando de poner toda tu atención en cada vez que inahalas y exhalas.
Pensar cosas positiva
Cuando la mente no para de pensar en cosas negativas tienes que pasar a pensar cosas positivas. Cambia cada pensamiento negativo por uno positivo. Aunque parezca forzado, no importa. Hazlo. Cada vez te sentirás mejor y poco a poco empezarás a cambiar de forma más automática a los pensamientos positivos.
Una forma muy buena es meditar para poder dejar libre tu mente, y dejar vagar tus ideas. Meditar te ayuda a liberar tensión, estar más en contacto contigo mismo. Tratar de vaciar la mente.
Estas son algunos consejos para dejar que tu cabeza respire, se relaje y se tranquilice. Es un proceso, ya que tiene que acostumbrarse a hacer las cosas de una forma distinta a como las estaba haciendo hasta ahora. Si no ves mejoras en 5 días, ¡no te preocupes! tienes que seguir practicando, es un hábito que tienes que coger. Ya verás como al final le darás a tu mente un poco de tranquilidad y podrás vivir sin tanto agobio y ansiedad.
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