Resulta algo complicado que a cualquiera de nosotros, se nos conceda un título nobiliario, si bien estos se suelen conceder a gente que ya de por sí pertenece a la nobleza, si bien esos títulos suelen ser hereditarios, pero ¿sabemos cuáles son todos los títulos nobiliarios o cuál es el más importante de todos?
El origen de los títulos se remonta al comienzo del feudalismo. Los títulos soberanos se consideran Emperador (que también fue el vértice temporal del cristianismo occidental), Rey (o soberano de una nación), Gran Duque, Archiduque y Landgrave (que era un título del Sacro Imperio Romano Germánico y los territorios derivados de este, que se comparaba al de príncipe soberano). Después de esos títulos soberanos están los títulos nobiliarios y en orden de importancia, son Príncipe, Duque, que fue, especialmente en Alemania y Francia, el señor feudal de una región, Marqués (señor feudal de una región fronteriza), Conde, Vizconde y Barón.
A lo largo de los siglos, algunos títulos han adquirido menos valor en España sin dejar de ser títulos nobiliarios y títulos soberanos en todos los aspectos reconocidos por el estado español, pero no se les da o no tienen el peso que sí que tenían en la antigüedad, especialmente, en la época feudal.
También hay otros títulos, usados en otros países, pero no en España, al menos oficialmente: Príncipe elector, Conde del Imperio, Conde Libre, Conde principesco, Conde palatino, Burgrave (gobernante de un castillo) y otros, como Baronet o Bart (que concede la corona británica) o Caballero.
Aunque como decimos, cada vez tienen más un valor simbólico que otra cosa, tenemos que evidenciar que los títulos de la nobleza todavía tienen algo de importancia en algunos países, tal y como es el caso de Gran Bretaña, por ejemplo. Pensemos en como se vio recientemente con el caso de Enrique de Sussex y Meghan Markle, quienes tras renunciar a dedicarse a la vida pública representando a la monarquía británica, se les ha retirado el título de Alteza Real, aunque Enrique o Harry, seguirá manteniendo la condición de príncipe dado que lo es de nacimiento y también seguirá siendo el sexto en la línea de sucesión al trono.
España es un país en el que también existen personas a las que se les ha asignado un título nobiliario, en concreto, y según datos que se contabilizaron en 2011, en este país existen alrededor de 2827 títulos nobiliarios, que tienen unas 2200 personas (representadas por la Diputación Permanente y Consejo de la Grandeza de España). De esos títulos, 418 tienen además la distinción de grande de España.
España reparte la gran mayoría de estos títulos entre las casas ducales, principalmente y de estas, las diez más importantes (Alba, Alburquerque, Fernán Núñez, Infantado, Borbón, Medinaceli, Medina Sidonia, Osuna, Peñaranda y Villahermosa) acumulan un total de 199 títulos (36 ducados).
Mención especial merece la monarquía en la que también existe una jerarquía todavía por encima de cualquier título nobiliario. De este modo, en España tenemos la figura del Rey (representada actualmente por el Rey Felipe VI) o la Reina, a quien le corresponde ser titular absoluto de la Corona; seguido del Príncipe o la Princesa, que es el heredero legítimo de la corona; y por último están los Infantes de España, que es el título o designación para los hijos del Rey que no optan al primer cargo, al igual que los sucesores del Príncipe o la Princesa de Asturias.
Por otro lado, el Rey tiene la potestad de conceder otros títulos a miembros de su familia, pero no implica que tengan relación con el círculo monárquico. Son además títulos personales y vitalicios, por lo que no son hereditarios.
Como ya hemos mencionado, el hecho de tener un título nobiliario no implica diferencia social y tampoco legal alguna con respecto al resto de personas, más allá de ser una distinción simbólica y/o honorífica. Tampoco se cuentan con privilegios fiscales, y en la actualidad, pueden ser concedidos a personas de toda índole más allá de pertenecer o no a la nobleza. De hecho, el Rey puede conceder un título nobiliario a cualquier persona que destaque en cualquier ámbito de la sociedad, ya sea del mundo del deporte, la cultura, o la política.
Por otro lado, la persona que recibe un título nobiliario, recibe además la distinción de ser Ilustrísimos Señores, mientras que los Grandes de España (que suelen pertenecer a las casas ducales), tienen asignado el tratamiento o distinción de ser Excelentísimos Señores.