24 May
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El misterioso y enigmático Conde de Saint Germain, conocido como el Maestro Ray Sol, dio mucho de que hablar en Europa durante el siglo XVIII... No permanecía mucho tiempo en un lugar y viajaba constantemente por toda Europa, cuando se cansaba iba al Tíbet, África o Turquía. Se cuenta, además, que era ambidiestro.

Algunas fuentes citan que, en realidad, el famoso sobrenombre francés proviene del latín Sanctus Germanus, es decir, Santo Hermano y, aunque no se sabe dónde nació, lo más probable es que fuera en un castillo de los montes Cárpatos, hijo del último príncipe de Transilvania, Francisco Rákóczi II, y su primera esposa Teleky. A pesar de ello, su muerte está registrada el 27 de febrero de 1784 en Eckernförde (Schleswig). Su historia está escrita en La muy santa trinosofía —más conocida cómo La santísima trinosofía—. Ese es el único libro que escribió; por lo tanto, los demás libros que se le atribuyen son apócrifos. Formó parte de la francmasonería. Aunque no fue contrario a la monarquía de Francia, los consejos que dio en esa corte para tratar de evitar la revolución no fueron tenidos en cuenta.

  • Nombre de nacimiento: Rákóczi Lipót György
  • Nombre en francés: Comte de Saint-Germain
  • Nombre en alemán: Graf von Saint Germain
  • Nombre en húngaro: Saint-Germain gróf

¿Es posible, y viable, que un hombre pueda ser perfectamente capaz de alcanzar la inmortalidad, y poder, incluso, llegar a vivir para siempre? Esa es la sorprendente afirmación de una figura histórica conocida por algunos y desconocida por muchos, y que encontramos bajo el nombre de Conde de Saint-Germain. Los registros acerca de su nacimiento datan hacia finales del siglo XVII, entre 1693 y 1712, desconociéndose exactamente cuál pudo ser su fecha exacta de nacimiento. De hecho, es tan misterioso que algunos creen que su nacimiento se remonta originalmente a la época de Cristo. Pero, ¿quién fue verdaderamente y qué hay de cierto en todo lo que se afirma?.

Conde de Saint-Germain

Tal es la historia que rodea al misterioso Conde de Saint-Germain que se dice que el Conde ha sido capaz de aparecer varis veces a lo largo de la historia, incluso en la década de 1970; y, siempre teórica y supuestamente, lo haría con la misma apariencia: siempre aparenta tener unos 45 años de edad. Hasta tal punto que ha sido conocido por muchas figuras famosas de la historia europea, entre los que se encuentran Madame de Pompadour, Voltaire, Casanova, Catalina la Grande o el rey Luis XV, entre otros.

¿Cuáles fueron los orígenes del Conde de Saint-Germain?

Originalmente se desconoce cuándo nació el primero de los hombres conocido bajo el nombre de Saint-Germain, aunque la mayoría de las historias dicen que nació en torno a la década del año 1690. De acuerdo a una genealogía llevada a cabo por la experta Annie Besant, afirmaría que fue el hijo de Francis Racozi II, Príncipe de Transilvania, en el año 1690.

Otros relatos, sin embargo (tomados, dicho sea de paso, con muchísima menor seriedad), afirman que ya estaba vivo en la época de Jesús, y que asistió a la boda en Caná, donde un joven Jesús convirtió el agua en vino. Es más, también se dice que pudo estar presente en el Concilio de Nicea celebrado en el 325 d.C.

Sin embargo, desde un punto de vista más o menos histórico, lo que verdaderamente se acordó -casi por unanimidad- es que Saint-Germain se convirtió en un auténtico experto en el arte de la Alquimia, la “ciencia” mística que se esfuerza por controlar los diferentes elementos. El objetivo principal de esta práctica, en su momento, era la creación de una especie de “polvo de proyección”, o la misteriosa y esquiva “piedra filosofal”, que según se incorporaba a la forma fundida de metales básicos (como el plomo), tenía la capacidad de convertirlos en plata o en oro puro.

Además, este poder mágico podría ser utilizado de la misma manera que si fuera un elixir, que brindaría la inmortalidad a quienes lo bebían. Se cree -o se dice- que el conde de Saint-Germain descubrió este gran secreto.

Algunas curiosidades sobre su vida

En torno al año 1742 Saint-Germain empezó a destacar por primera vez en la alta sociedad europea. Acababa de pasar cerca de cinco años en la corte del Shah de Persia, donde había aprendido el oficio de joyero. Se dice que engañó tanto a la realeza como a los ricos con su vasto conocimiento de la ciencia y de la historia, su encanto sencillo, su habilidad musical y su rápido ingenio. Se sabe que hablaba muchos idiomas con cierta fluidez (incluyendo el francés, alemán, español, inglés, portugués, holandés y ruso), y también estaba familiarizado con el latón, árabe, griego y chino.

A finales de 1745 pudo haber sido arrestado en Londres, acusado de apoyar la causa de los Estuardo. Eso parece desprenderse de una carta oficial en la que se relata el arresto de "un hombre extraño que se hace llamar conde de Saint Germain; no dice a nadie quién es ni de dónde viene. Admite que este no es su verdadero nombre. Canta y toca el violín magníficamente; está loco". Tras ser sorprendentemente liberado, volvió a Versalles donde se convirtió en uno de los personajes más próximos a Luis XV y a madame Pompadour, con la que se le llegó a relacionar íntimamente. En 1760 el Rey de Francia le envió a La Haya como representante personal para negociar un préstamo con Austria para ayudar a financiar la guerra contra Inglaterra. Allí, sin embargo, no solo se enfrentó con su antiguo amigo Casanova, sino que fue acusado por el duque de Choiseul, ministro de Asuntos exteriores del Rey Luis, de conspiración contra Francia, lo que precipitó su huida.

Según parece, en Holanda, bajo el nombre de "conde de Surmount", amasó una gran fortuna vendiendo ungüentos, pócimas y preparados para combatir cualquier mal, incluso la muerte; pero aunque las acusaciones de timador y conspirador le perseguirían allá a donde fuera —se rumoreó incluso que precipitó las cosas para que el ejército ruso colocara en el trono a Catalina la Grande—, su natural disposición para la diplomacia le granjeó numerosos aliados en toda Europa.

De hecho, se cree que pudo haber sido su extraordinario conocimiento e inteligencia lo que llevó a que muchos lo conocieran como un hombre verdaderamente notable. Sin embargo, no fue hasta 1760 cuando surgió la idea de que Saint-Germain podría ser inmortal.

En ese año, en París, la condesa Von Georgy escuchó que un conde de Saint-Germain había llegado a la casa de Madame de Pompadour, amante del rey Luis XV de Francia. La anciana condesa sintió curiosidad porque había conocido a un tal conde de Saint-Germain mientras se encontraba en Venecia hacia el año 1710. Al volver a reunirse con él, se sorprendió al ver que no parecía envejecer, y le preguntó si fue su padre a quien verdaderamente conoció en Venecia.

Saint Germain

Tal fue su sorpresa cuando el conde le respondió “No, señora, pero yo mismo vivía en Venecia a finales del siglo pasado y principios de este siglo; tuve el honor de estar en la corte en ese momento”. “Perdóneme, ¡pero eso es imposible!”, contestó la condesa. “El conde de Saint-Germain que yo conocí en esos días tenía al menos cuarenta y cinco años. Y tú, por fuera, tienes esa edad en la actualidad”. “Señora, soy muy viejo”, le contestó Saint-Germain con una sonrisa cómplice.

“Pero entonces debes tener casi 100 años”, dijo la condesa asombrada. “Eso no es imposible”, le dijo entonces el conde con absoluta y total naturalidad. Luego se cuenta que continuó convenciendo a la condesa de que él era el mismo hombre que ella conoció, proporcionándole detalles de sus reuniones anteriores, así como sobre la vida en Venecia 50 años antes.

Se cuenta que durante los siguientes 40 años, el conde Saint-Germain viajó extensamente por Europa, y en todo ese tiempo nunca pareció envejecer. De hecho, se dice que quienes lo conocieron quedaron impresionados por sus muchas habilidades y peculiaridades. Por ejemplo, podía tocar el violín como un auténtico virtuoso, fue un pintor, parecía ser un hombre de grandes riquezas (pero no se conocía que tuviera cuentas bancarias), le encantaban las joyas, estuvo vinculado a varias sociedades secretas…

El propio Voltaire, el renombrado filósofo número 18, dijo que Saint-Germain era “un hombre que nunca muere, y que lo sabe todo”.

A partir de ahí, a lo largo del siglo XVIII, el Conde continuó usando su aparentemente interminable conocimiento del mundo en la política y en las intrigas sociales de la élite europea. Así, hacia 1779 fue a Hamburgo, Alemania, donde se hizo amigo del príncipe Carlos de Hesse-Cassel, viviendo como invitado durante los siguientes cinco años en el castillo del príncipe en Eckernförde. Se cuenta, según los registros locales, que fue aquí donde Saint-Germain murió oficialmente el 27 de febrero de 1784.

Sin embargo, según parece, continuaría siendo visto durante todo el siglo XIX y hasta el siglo XX. En el año 1785, por ejemplo, el conde fue visto en Alemania con Anton Mesmer y los registros oficiales de la masonería muestran que lo escogieron como representante para una convención celebrada el mismo año.

Después de la toma de la Bastilla en la Revolución Francesa de 1789, la Condesa de Adhémar dijo que tuvo una larga conversación con el Conde de Saint-Germain. No obstante, se cuenta que fue a partir de 1821 cuando en teoría Saint-Germain pudo adquirir otra identidad.

En sus memorias, Albert Vandam escribió que conoció a un hombre que tenía un parecido sorprendente con el Conde de Saint-Germain, pero que se hacía llamar Major Fraser. Luego desapareció sin dejar rastro.

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