Durante el día vives situaciones que te provocan ansiedad, angustia, ira, y todo tipo de emociones que, si bien forman parte de la vida misma y nos hacen humanos, no son una forma “eficiente” de utilizar tu energía interior.
Sin embargo, no es la situación la que te provoca esta reacción, sino la actitud o importancia que le otorgas. Es tu proceso interno el que determinará si pierdes tu centro o simplemente lo aceptas.
El éxtasis es nuestra propia naturaleza; no ser extático es simplemente innecesario. Ser extático es natural, espontáneo. No se requiere ningún esfuerzo para ser extático, y se requiere un gran esfuerzo para ser miserable. Es por eso que te ves tan cansado, porque la miseria es realmente un trabajo arduo; mantenerlo es realmente difícil, porque estás haciendo algo contra la naturaleza. Estás nadando río arriba – eso es la miseria.
Osho – El Libro de la Sabiduría
Un sencillo cambio de mentalidad frente a las situaciones pueden transformar radicalmente tu realidad.
La vida en sociedad requiere que reacciones, que defiendas tu posición y llegues a acuerdos. Esto se convierte en un problema cuando nos manifestamos impulsivamente.
Responder desde la ira solamente te hará empeorar las cosas, tendrás un duelo de egos en el que perderás toda tu cordura, y nada bueno puede salir de eso.
"Habla cuando estés enfadado y harás el mejor discurso que tengas que lamentar." Ambrose Bierce
Para detener la respuesta automática, proponte retrasar tu reacción al menos unos minutos. En la mayoría de los casos esto es perfectamente posible.
La reacción física frente al enojo conlleva tensar tus músculos. Si no tienes esta tensión muscular, la reacción verbal violenta no puede aparecer. Por eso es que la pausa que haces te ayudará a controlar tu mecanismo inconsciente.
Puede ser desde el famoso “contar hasta 10”, o como Osho recomienda, dejar pasar 24 horas.
Maxwell Maltz menciona en su libro “Psico-Cibernética” que es un hecho científicamente comprobado que no puedes sentir absolutamente nada de ira, miedo, ansiedad, o inseguridad, si tus músculos están perfectamente relajados.
Realiza un recorrido interno de tu cuerpo durante el día, escucha y siente cada parte. Suelta amablemente las zonas que presenten inadecuada tensión, siempre de modo gentil. No te presiones para cambiar tu estado sino será contraproducente, acepta como es y libera gradualmente la zona.
Haz este ejercicio cuantas veces puedas en el día, y recuerda que tu practica diaria de meditación hace que esto sea cada vez mas sencillo.
Tu mente no puede distinguir lo que es real de lo que has visualizado, un hecho que verificas tu mismo al ver como generas tensión física al exponerte a situaciones problemáticas futuras, totalmente irreales y mayormente improbables incluso.
Si tenemos tanta facilidad para crear constantemente ambientes ficticios y estresantes, ¿Porqué no utilizar esta misma habilidad a nuestro favor?
Visualiza un lugar donde al ingresar inmediatamente tus tensiones se disuelvan. Puede ser una habitación, un espacio al aire libre soleado, o cualquier situación en donde no existan presiones ni estrés.
Tómate tu tiempo para diseñar este lugar con el mayor lujo de detalles, construye el contexto físico y mental.
Durante el día ingresa a este espacio y recórrelo, siéntelo tan profundamente como te sea posible. Mientras más estés en el, más podrás mejorarlo, y más relajado estarás.
En mi caso particular, visualizo un living con un sillón grande y cómodo, con paredes blancas y adornos florales en muebles de madera simples. Siento que es mi día previo a entrar de vacaciones, donde no tendré trabajo por realizar durante semanas. He agregado muchos detalles de sensaciones auditivas y táctiles.
Ese es mi lugar ideal con el que he ido “jugando” durante tiempo. Diviértete construyendo el tuyo.
Relacionado con el anterior punto, toma conciencia de la cantidad de tiempo que pasas discutiendo con personas en situaciones construidas.
Hay una creencia muy arraigada en el ser humano que nos lleva a pensar que debemos prever todas las posibles situaciones conflictivas para así saber como reaccionar. Esto es totalmente perjudicial.
No puedes controlar la infinita variabilidad de tu entorno, así te pases toda la vida pensando y calculando. Los conflictos existen y existirán, y sólo una persona con mente y cuerpo relajado sabrá como responder para su mayor beneficio y el de los que lo rodean.
Toma una conducta positiva cuando sientas que estás empezando a proyectar negativamente. Por ejemplo, haz una respiración profunda y lenta visualizando la energía del universo ingresando y limpiando tu cuerpo. Sitúate como testigo de la experiencia, notando la forma ilógica en la que te estabas dañando.
Si te comprometes con esta reacción y a no dejar ser el malestar, con el tiempo se convertirá en un hábito.
Estos consejos pueden sonar simples, pero guardan un inmenso poder transformador. Al poco tiempo de practicarlos con constancia, verás un gran incremento en tu calidad de vida.
Toda nuestra realidad empieza a convertirse para bien cuando cambiamos sus cimientos de estrés y angustia por unos de claridad mental y armonía.